El número de fumadores se redujo en un 13 % en el mundo al comienzo de la pandemia, una tendencia que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) considera que hay que aprovechar para reforzar las medidas tendentes al abandono de un consumo particularmente dañino para la salud.
La IARC recoge este martes en un comunicado un estudio del Centro Daffodil, un consorcio entre la Universidad de Sídney con el Cancer Council NSW de Australia, que compara el porcentaje de fumadores en la primera fase de la pandemia en 2020 con los años anteriores.
La investigación se basa en la revisión de 31 artículos científicos con información sobre el comportamiento de los fumadores a partir del testimonio de 269.164 participantes de 24 países y extrapola los resultados a nivel global.
Los investigadores estimaron que la proporción de fumadores se redujo durante la epidemia de coronavirus, aunque los cambios en los comportamientos de los fumadores fueron muy variados.
Por ejemplo, el número de personas fumadoras en España pasó del 13,9 % de los encuestados al 8,8 %, y en Italia del 25,1 % al 21,8 %, señalaron los investigadores.
«La pandemia de covid ha tenido un profundo impacto en la salud mental y física de los individuos y esto puede conducir a cambios sustanciales en los comportamientos que, si no se abordan a tiempo, pasarán a tener consecuencias a largo plazo para la salud», destacó el autor principal del estudio, Peter Sarich.
En el estudio no se identificaron elementos suficientes para evaluar los comportamientos de los fumadores por subgrupos de población (por ejemplo, según el nivel socioeconómico) que podrían dar pistas sobre las estrategias de prevención más adaptadas.
Por eso la agencia de la ONU insiste en que eso debería ser un punto de interés para las investigaciones en curso y futuras.
Su jefa adjunta de la subdivisión de vigilancia del cáncer de la IARC y autora también del trabajo, Isabelle Soerjomataram, señaló que se deben reforzar las medidas de control del tabaquismo y los servicios para romper el hábito.
«Se trata -añadió Soerjomataram- de permitir que quienes han reducido o dejado de fumar durante la pandemia mantengan esos cambios positivos de comportamiento y de dirigirse a quienes han aumentado su consumo de tabaco para garantizar que la covid no exacerbe la pandemia de tabaquismo».
La IARC recuerda que el consumo de tabaco sigue siendo la primera causa de muerte prematura en el mundo y que en 2019 fue el responsable de 8,71 millones de fallecimientos, el 15,4 % del total, en gran parte por enfermedades como el cáncer. EFE
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