Las enfermedades del corazón son una de las principales causas de muerte a nivel mundial y uno de los padecimientos más comunes que derivan en problemas cardiacos es la hipertensión.
La hipertensión sucede cuando la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias con el transcurso del tiempo es lo suficientemente alta como para causar problemas de salud.
Para este padecimiento, que no tiene cura, existe un tratamiento que se enfoca en medicamentos y en cambios en el estilo de vida del paciente, sin embargo, también existe una planta que funciona como condimento de cocina que ayuda a combatir la hipertensión. Se trata del ajo.
El ajo, cuyo nombre científico es Allium sativum L, es una hortaliza que llega a tener hasta 40 centímetros de altura, sus hojas son muy estrechas y sus flores pequeñas y blancas.
Las propiedades de esta planta medicinal se centran en sus bulbos, que comúnmente es llamado como “cabeza de ajo”, el cual tiene un fuerte olor, están envueltos en una piel blanquecina y está conformado por entre 10 y 20 segmentos conocidos como dientes de ajo.
De origen centro asiático, el ajo se extendió por el sur de Europa, llegando al continente americano durante la llegada y conquista de los españoles, siendo adoptado por muchas cocinas en el mundo.
El uso medicinal del ajo
Más allá de la cocina, el ajo es considerado una planta medicinal que ayuda a combatir y prevenir varios padecimientos como la hipertensión, debido a sus efectos diuréticos, causados por la acción de sus aceites esenciales y sus azúcares de bajo peso molecular.
El consumo del ajo ayuda a reducir la presión arterial, gracias a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, el cual relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el organismo.
Los usos diurético del ajo van más allá del combate a la hipertensión, su facilidad de prevenir y reducir el endurecimiento de las arterias que dificulta la circulación también significa una mejora en la eliminación de líquidos y toxinas.
No solo eso, esta hortaliza posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías, es rico en vitamina C, vitamina B6 y manganeso. Disminuye niveles de colesterol y contiene antioxidantes que protegen contra el daño celular y el envejecimiento.
El consumo del ajo, además, puede disminuir el riesgo de sufrir padecimientos relacionados al funcionamiento cerebral como el mal de Alzheimer y la demencia.
Como la mayoría de los sazonadores, el ajo tiene propiedades que ayudan a mejorar el aparato digestivo, ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos.
En recientes estudios, esta planta medicinal parece tener resultados especialmente buenos en la prevención de los distintos tipos de cáncer que afectan al tracto gastrointestinal.
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