Iicializado el triunfo del conservador, Guillermo Lasso Mendoza, como presidente del Ecuador, ahora le toca enfrentarse a una abultada carpeta de temas pendientes o difíciles de resolver entre los que constan como urgentes el reto de aliviar la grave crisis económica de Ecuador, enfrentar la crisis sanitaria por la pandemia del covid-19 y la búsqueda de consensos para lograr la gobernabilidad en un país polarizado.
Si bien Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (Creo), logró el 52.51 por ciento de votos que confiaron en sus propuestas de campaña, deberá lidiar con el 47,49 por ciento de ciudadanos que buscaban transitar por el camino del socialismo que les ofrecía el proyecto de Andrés Arauz.
También deberá tomar en cuenta a los más de 1,7 millones de ecuatorianos a los que no convenció y anularon su voto el pasado domingo.
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, sobre la evolución y perspectivas económicas para la región, Ecuador está entre las economías a las que les costará más esfuerzo y tiempo recuperarse, por eso la reactivación económica será la tarea medular de la gestión de las políticas económicas de Lasso.
En su primer discurso como mandatario electo aseguró que cumplirá sus promesas de campaña en las que ha dedicado un amplio capítulo para reactivar la economía y crear dos millones de empleos, incrementar el salario básico de 400 a 500 dólares e impulsar emprendimientos competitivos con nuevas líneas de crédito.
Además, mejorar el acceso al mercado de los principales socios comerciales de Ecuador a través de acuerdos de comercio e inversión, crear la plataforma ‘Exporta Fácil’ para facilitar las ventas internacionales de emprendedores y de las pequeñas y medianas empresas y reducir costos arancelarios, entre otros.
El analista internacional, Eduardo Durán Cousín, considera que el gobierno de Guillermo Lasso, “en función de su cosmovisión conservadora en lo político, y liberal en lo económico”, muy probablemente se empeñará en desarrollar relaciones de amistad con un conjunto mayor de países en el mundo, superando definitivamente –por un lado– el sesgo ideológico socialista del siglo XXI al que propendió el correísmo, y –por otro lado– privilegiando, dentro de este nuevo esquema de relaciones, los intereses comerciales en función del desarrollo económico del Ecuador.
Para el experto, el negociar un tratado de libre comercio con Norteamérica parecería esencial para el cumplimiento de las metas de Lasso en lo económico, así como sostener el acuerdo comercial con Europa. “Lasso desearía tener a Estados Unidos y Europa como aliados importantes en su política económica y de política exterior”, acotó Durán.
“El superar el retraso en la integración comercial del Ecuador con el mundo, a través de la firma de tratados bilaterales de libre comercio con la mayor cantidad de países e incluso ingresar a convenios comerciales multilaterales como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, resulta también trascendente”, señaló a EL TIEMPO.
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