os miembros del Tren de Aragua, la más peligrosa banda de delincuentes venezolanos hizo una alianza estratégica con el Primeiro Comando da Capital (PCC) en Roraima, con lo que se convierten en el grupo de delincuentes más peligroso en América del Sur, según divulgó El País de España, en un trabajo firmado por Gil Alessi.
El Político
El Primer Comando de la Capital es la organización criminal más grande de Brasil, con casi 20.000 miembros, 6.000 de los cuales están en prisión., los venezolanos se han incorporado de una manera natural, dada la grave situación económica y social que se vive en ese país.
“La cooperación extranjera no es nada nuevo: algunos paraguayos e incluso italianos, por ejemplo, tienen conexiones con el PCC. Pero el bautizo de los venezolanos muestra un fortalecimiento de los lazos entre el crimen organizado de ambos países”, señaló.
El testimonio de Cristian Alexis Graterol Cabello, otro venezolano denunciado, refuerza esta tesis.
“El PCC se ha aliado con el grupo criminal Tren de Aragua, uno de los más importantes de Venezuela, que se dedica a la extorsión, los secuestros, los homicidios, el robo de vehículos y el tráfico de drogas y armas”, según informó InSight Crime.
No son soldados, sino jefes los nuevos integrantes, una cosa es la incorporación de hombres y mujeres sencillos que se dedican a la prostitución o al microtráfico de drogas y otra muy distinta es la organización estratégica de ambas mafias. “Los venezolanos bautizados no solo ocupan posiciones subordinadas dentro del organigrama del PCC en Roraima”, puntualizó El País.
“Graterol es un ejemplo de la confianza depositada por los delincuentes brasileños. Sucedió a Michel Mota Magalhães en el control de los puntos de venta de droga en el complejo residencial Vila Jardim, el barrio más importante de Boa Vista, la capital estatal”, agregó.
Otros jefes de la alianza
Otros tres venezolanos acusados han ocupado cargos estratégicos en la organización criminal: Carlos Geraldo Gonsales García, en el “sumario disciplinario”; Michel Joseph Touron en el “confinamiento del tabaco” (servicio del sector financiero de la facción) y Luis Adrián Mora Quijada, en el “tribunal de delitos” de la facción en Roraima, este último encargado de juzgar y ejecutar las sentencias en nombre del PCC.
La organización Tren de Aragua actúa de manera gerencia, tiene franquicias en las principales ciudades de América, jefes de facción, sistema de justicia interna, y hasta contadores y administradores de las finanzas.
Nació como un sindicato y se corrompió
El nombre de esta peligrosa organización criminal se originó hace 15 años aproximadamente, cuando se inició la obra de el Ferrocarril del estado Aragua, y con el campo laboral abierto, se creó un sindicato de obreros llamado «El Tren de Aragua» que no tardó mucho en corromperse, y comenzó con el cobro de comisiones en la asignación de fuentes de trabajo.
Así comenzaron los primeros homicidios mientras que la organización crecía pasando del cobro de comisiones a la extorsión de contratistas y a las empresas de proveedores.
Las autoridades desactivaron la organización criminal, pero sus tentáculos ya alcanzaban grandes dimensiones y eran indisolubles.
Hace 15 años empezó el reclutamiento de jóvenes. Para entonces los más vulnerables se dejaban seducir con la promesa de dinero y poder.
Hoy, el Tren de Aragua cuenta con más de 1.500 aliados que secuestran, extorsionan y asesinan. Su principal centro de operaciones; el Centro Penitenciario de Aragua conocido Tocorón.
Por la frontera de Santa Elena
La Fiscalía reveló que los venezolanos entraron a Brasil por la permeable frontera de Santa Elena de Uairén, en plena selva amazónica. La mayoría de ellos proceden de centros penitenciarios venezolanos controlados por facciones criminales.
El PCC se ha interesado en ellos por su experiencia como delincuentes.
Hay socios de otros países
Lo que están haciendo los cárteles brasileños (PCC y CV) es invitar y reclutar a gente boliviana a sus organizaciones. “Están intentando, pero nosotros no lo permitiremos, ya tenemos identificados a estas personas y serán encarceladas”,informaron los equipos de Inteligencia de los tres países (Bolivia, Brasil y Perú) . ”
Se notó que intentan, poco a poco, unirse con (delincuentes) bolivianos”, informó a La Razón el comandante de la Policía Fronteriza de Brasil, coronel Estene Texeira.
La autoridad estuvo en Cobija, la capital de Pando que colinda con dos poblaciones amazónicas de Brasil. Allí se reunió con el ministro de Gobierno, Carlos Romero, para intercambiar información sobre los resultados de las acciones coordinadas que ejecutan las fuerzas policiales contra el crimen organizado.
La seguridad del país está amenazada por dos cárteles brasileños. Texeira explicó que los bolivianos “reclutados” llegan a formar células delictivas que tienen la misión de comprar o conseguir armas y droga para llevarlas a Brasil. Señaló que estas “misiones” derivan en atracos y otros delitos graves.”Existe coordinación sin burocracia para el intercambio de información”, afirmó el jefe policial brasileño.
Luego de un operativo conjunto entre las policías de Brasil, Bolivia y Perú se logró capturar a cinco delincuentes vinculados (tres eran bolivianos) que habían robado armas militares de la capitanía de puerto. Se recuperaron cuatro de los nueve fusiles AK-47 sustraídos el 16 de junio en esa zona fronteriza.
El comandante departamental de la Policía de Pando, coronel Marco Antonio Cortez, corroboró la información de la Unidad de Inteligencia. Dijo que en varios casos “los reclutados” ayudan a los brasileños a hallar refugio en Bolivia, tras delitos cometidos en ese país.
El PCC es la organización criminal más poderosa
La historia de la organización criminal más poderosa de Brasil, el Primer Comando de la Capital (PCC), comienza en 1993 durante un partido de fútbol en Taubaté, una prisión de máxima seguridad en Sao Paulo.
Ocho presos conocidos como “los de la capital”, por ser los únicos de la ciudad de Sao Paulo, bautizaron así a la banda. Según describe Fátima de Souza, periodista y autora del libro ‘PCC, la facción’, los presos utilizaron un partido de fútbol como pretexto para atraer a otros rivales que controlaban la prisión.
“La cárcel ya tenía a su jefe y el PCC quería el poder, para eso necesitaba matar. Durante el partido mataron al líder y jugaron con su cabeza como pelota”, relata De Souza.
El subdirector de la penitenciaria también fue degollado. Las decapitaciones se convertirían en algo habitual en los enfrentamientos carcelarios.
En una carta al diario Folha de S. Paulo, José Márcio Felício, el Geleião, uno de los fundadores de la banda y que lleva más de 40 años en prisión, habla sobre aquella matanza.
“Después de las muertes, llamé a todos al centro del patio y con las manos manchadas de sangre dijimos: Aquí, en este momento, está fundada la facción PCC, Primer Comando de la Capital. Vamos a combatir a los corruptos y a los opresores del sistema carcelario”, relata.
Son una empresa
“Si fuese una empresa, el PCC sería hoy la decimosexta más grande del país, por delante de gigantes como el fabricante de automóviles Volkswagen.
Se trata de un imperio corporativo en el que los productos son las drogas ilícitas. Los clientes son drogadictos. Los proveedores son delincuentes paraguayos, bolivianos, colombianos y venezolanos. Los métodos son el asesinato, la extorsión, el soborno y el lavado de dinero“, escribió en un artículo el periodista e investigador Leonardo Coutinho.
Fuente: Primer Informe / InSight Crime
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