Los dos guardas que debían vigilar al magnate acusado de tráfico sexual de menores Jeffrey Epstein la noche que se suicidó evitarán previsiblemente una pena de cárcel, tras haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía, en el que admiten haber falsificado documentos, informaron este sábado los medios locales.
Los dos empleados del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, Tova Noel y Michael Thomas, admitieron que mintieron «voluntariamente e intencionadamente» en los registros de la noche en la que Epstein se ahorcó, en los que afirmaron haber llevado a cabo las rondas que les correspondían.
Bajo el acuerdo alcanzado con la Fiscalía, comunicado en la tarde del viernes y que aún debe ser aprobado por un juez, ambos evitarán tener que ir a la cárcel a cambio de 100 horas de servicios comunitarios y de cooperar con las investigaciones federales sobre el suceso.
«Después de una investigación en profundidad, y basado en los hechos de este caso y las circunstancias personales de los acusados, el Gobierno ha determinado que los intereses de la justicia se cumplirán mejor con el aplazamiento de una acusación en el distrito», señala en un documento dirigido a la juez federal Analisa Torres y emitido por la fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss.
Según había detallado la Fiscalía anteriormente, los guardas del centro penitenciario estaban durmiendo y navegando por internet en lugar de estar supervisado al preso de alto perfil, que además poco antes había estado siendo vigilado de cerca por posibilidad de suicidio.
Además, Noel y Thomas, que estaban haciendo horas extra en el momento del suicidio, estaban a menos de 5 metros de la celda de Epstein, pero estuvieron haciendo compras en línea y tomándose descansos en lugar de vigilar al preso cada 30 minutos, como se requería.
Un médico forense de Nueva York dictaminó que Epstein, al que se había relacionado con algunas de las personalidades más importantes del mundo, como Bill Gates, Bill Clinton o el príncipe Andrés de Inglaterra, se suicidó.
Sin embargo, una encuesta de 2019 reveló que solo un tercio de los estadounidenses creían que esto era verdad, puesto que muchos sospechan de las circunstancias de su muerte y plantean la posibilidad de que fuera asesinado para que no revelara información de posibles actividades ilegales de destacados políticos y empresarios.
Epstein fue detenido en julio de 2019 y un mes después se suicidó en la celda de la prisión de Manhattan en la que permanecía tras ser acusado formalmente de abusar y explotar a decenas de adolescentes tanto en su mansión de Manhattan (Nueva York) como en su residencia de Palm Beach (Florida) y su propiedad de las Islas Vírgenes.
La que fue considerada como su brazo derecho durante años, la británica Ghislaine Maxwell, también está entre rejas en Nueva York, tras ser detenida en julio de 2020, pero este mes se retrasó su juicio hasta noviembre para dar tiempo a su defensa a revisar las pruebas que la fiscalía ha presentado en su contra.
Inicialmente fue acusada de «ayudar» al financiero a «explotar y abusar sexualmente de múltiples» jóvenes entre 1994 y 1997, además de mentir a la Justicia sobre el asunto, pero en abril se le instruyeron nuevos cargos que incluyen el delito de tráfico sexual de menores, más grave.
En total, está acusada de ocho delitos, por los que se enfrentaría en total a un máximo de 80 años entre rejas de ser hallada culpable. EFE
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