Aún se debate en el mundo cuál es la mejor manera de reabrir las escuelas para evitar la transmisión del coronavirus. Pero las ciudades, las familias y los docentes cuyos edificios han estado abiertos durante muchos meses en los Estados Unidos han llegado a algunas conclusiones sobre cómo hacer que todo funcione.
Parte de lo que han aprendido coincide con lo que muchos científicos han estado promoviendo: el uso del tapabocas, la ventilación permanente, el distanciamiento y los testeos periódicos son medidas eficaces para reducir la transmisión en las escuelas.
En cambio, otras prácticas antes defendidas, como la medición diaria de la temperatura a través de un termómetro, y la limpieza a fondo de las superficies han pasado a un segundo plano.
¿Quiénes son los principales transmisores? Se ha aprendido que los profesores, y no sus alumnos, son probablemente los principales transmisores del virus en las escuelas primarias. Se ha encontrado que los niños corren más riesgo de infección durante la hora del almuerzo, al estar sin tapabocas y más cerca entre sí, y que herramientas como los purificadores de aire portátiles y los monitores de dióxido de carbono pueden ayudar, según informó el diario The Wall Street Journal.
Otra lección aprendida es que combinar tanto clases presenciales como virtuales puede tener limitaciones. Puede ser en realidad más arriesgado en algunos casos que las clases presenciales a tiempo completo, porque los niños están potencialmente expuestos a más personas. Y es probable que esté bien que los estudiantes estén a 1 metro de distancia en lugar de 2 metros, una medida que ahora los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan desde el viernes pasado.
“Estuvimos observando cómo se producían los brotes en todo el país y en el mundo”, dijo Gary Krahn, director de la escuela La Jolla Country Day de La Jolla, en California, que lleva abierta desde principios de otoño. Con el tiempo, “pudimos obtener suficiente información para tomar decisiones informadas”.
El conocimiento, junto con una rápida distribución de la vacuna en Estados Unidos, podría significar que la mayoría de los lugares vuelva a tener clases presenciales a tiempo completo para septiembre próximo, siempre y cuando la transmisión de la comunidad esté controlada y las escuelas se adhieran a los protocolos de seguridad adecuados.
Los estudiantes mayores de 12 años podrían recibir la vacuna en septiembre, según los funcionarios de salud pública, e incluso podrían empezar el curso escolar vacunados. La vacuna de Pfizer Inc. y BioNTech está actualmente autorizada en los Estados Unidos a partir de los 16 años, mientras que las vacunas de Moderna Inc. y Johnson & Johnson están autorizadas a partir de los 18 años. Las empresas han empezado a probar sus vacunas en grupos de edad más jóvenes.
Diferentes estudios permitieron tener más información para ajustar las medidas de prevención en las escuelas. Una investigación de los CDC descubrió que el virus se propagaba por el escaso distanciamiento físico entre profesores y alumnos, así como por el uso inadecuado del tapabocas o barbijo. Hay personas que no lo usaban desde la nariz al mentón.
Entre el 1 de diciembre y el 22 de enero, los CDC detectaron nueve brotes de infecciones en un distrito escolar, el de Marietta en Georgia, en los que estaban implicados 13 profesores y 32 alumnos. En dos de los conglomerados que acabaron representando la mitad de los casos, es probable que el coronavirus se propagara primero de profesor a profesor y luego de profesor a alumno, según los CDC.
Los investigadores encontraron que la propagación del virus es más frecuente entre los adultos jóvenes y menos entre los niños en edad escolar, y cuando se produce la propagación de Covid-19 en las escuelas, a menudo se origina en el personal.
Menos del 10% de los casos de Covid-19 en EE.UU. se han producido entre niños y adolescentes de entre 5 y 17 años, según los CDC, y las tasas de mortalidad por Covid son muy bajas entre los niños en edad escolar en comparación con los adultos.
Con el paso del tiempo, una de las lecciones aprendidas en escuelas estadounidenses es que tanto los niños como los docentes deben usar el tapabocas desde la nariz al mentón durante las clases presenciales. Solo en el momento del almuerzo se lo pueden sacar y tienen que evitar hablar entre sí.
El papel que pueden desempeñar los docentes es una de las principales razones por las que se les debe dar prioridad en la vacunación, dicen los funcionarios de salud pública, aunque señalan que todavía es posible reabrir las escuelas de forma segura sin que los profesores se vacunen si se aplican otras medidas de seguridad importantes. En la mayoría de los estados, los profesores tienen ahora prioridad para la vacunación.
En cuanto a la modalidad mixta de virtual y presencial, en otoño, las clases presenciales en Marietta se daban cuatro días a la semana, y los viernes los alumnos se conectaban desde casa para recibir clases virtuales mientras los profesores trabajaban desde la escuela. Durante esos viernes, los profesores solían trabajar y comer juntos, a veces sin tapabocas, dijo el doctor Grant Rivera, a cargo del distrito de las escuelas de Marietta, y esas reuniones ayudaron a la propagación del virus.
Ahora, tanto los profesores como los alumnos se quedan en casa los viernes. Las escuelas han eliminado una hora especial que organizaban, en la que los niños de primaria se reúnen juntos y el docente les leía. Incluso se han retirado las sillas en las que se sentaban los docente para esa actividad.
Para maximizar el distanciamiento físico en los días en que los docentes y los alumnos están en la escuela, el personal ha reorganizado los muebles de las aulas para aprovechar cada centímetro de espacio. En general, los alumnos están separados por un metro de distancia.
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