Las autoridades sanitarias de Eslovaquia recomendaron no administrar las dosis de la vacuna Sputnik-V contra el COVID-19 recibidas, indicando que la información recibida es errónea o está incompleta.
En un informe, el organismo regulador eslovaco arguyó que el material suministrado no era idéntico al descrito en la revista médica The Lancet, que confirmó una eficacia del 91,6 por ciento para la Sputnik V. El 8 de abril indicó que tampoco era idéntico al suministrado a la Agencia Europea de Medicamentos, actualmente evaluando la posibilidad de autorizar su aplicación en la Unión Europea. Eslovaquia recibió las vacunas el 1 de marzo, pero ha evitado comenzar a administrarlas ante las mencionadas discrepancias.
En consecuencia, Rusia conminó al gobierno eslovaco a que devuelva las dosis recibidas -actualmente 200.000- “para que se puedan usar en otros países” y alegando que Bratislava ha cometido “violaciones del contrato”.
En una carta remitida el 6 de abril, el Fondo Ruso de Inversión Directa consideró que hubo un “acto de sabotaje” por parte del regulador eslovaco, al que acusa de lanzar una “campaña de desinformación”, con “noticias falsas”.
“Todos los lotes de Sputnik V tienen la misma calidad y pasan un exhaustivo control de calidad en el Instituto Gamaleya. La calidad de Sputnik V ha sido confirmada por reguladores de 59 países”, señaló a su vez la cuenta oficial de la vacuna en Twitter.
Las autoridades rusas esperan que Eslovaquia “resuelva sus diferencias internas” y tenga en cuenta que “las vacunas deberían salvar vidas, no ser utilizadas en geopolítica y luchas internas”, agregó.
No obstante el incidente con Eslovaquia, y con varios reveses sufridos por la vacuna elaborada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, Europa podría abrir sus puertas a la vacuna de origen ruso.
Esta semana, Alemania dijo que está dispuesta a dar el paso y negociar bilateralmente con Moscú la adquisición de la vacuna rusa Sputnik V, al margen del sistema de compras conjuntas diseñado por la Comisión Europea.
Berlín está dispuesto a comprar en solitario en el mercado ruso, siempre que la agencia europea apruebe la Sputnik V, basada al igual que el de AstraZeneca en el adenovirus y actualmente en fase de revisión en la EMA. El estado de Bavaria anunció recientemente la compra de 2,5 millones de dosis, condicionales a la aprobación de la EMA. Austria se encuentra enfrascado en negociaciones para adquirir un millón de dosis de manera individual, lo mismo que regiones autónomas de Italia y España. Francia también se ha mostrado dispuesta a aplicar el inoculante, siempre y cuando obtenga la aprobación del regulador.
La Sputnik V, cuya compra no está negociando Bruselas pero que Hungría ya administra por decisión propia, se encuentra en el mismo estado de análisis en la EMA que los fármacos de la alemana CureVac y de la estadounidense Novavax, que a diferencia de la vacuna rusa sí forman parte del el portafolio de vacunas preadquiridas por la Comisión.
La compra de dosis de la Sputnik-V por fuera del bloque supranacional generó una crisis política en Eslovaquia y derivó en la renuncia del primer ministro, Igor Matovič. El funcionario llegó a un acuerdo secreto para adquirir dos millones de dosis pese al enfático rechazo de buena parte de la coalición que lideraba. Ello catalizó la renuncia de seis ministros y, poco después, la del propio Matovič.
Con información de EuropaPress y EFE
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