La prestigiosa revista médica The Lancet publicó un estudio sobre la asociación potencial entre la mortalidad del coronavirus o COVID-19 y la disponibilidad de recursos de atención médica.
“La epidemia en curso de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es devastadora, a pesar de la implementación extensiva de medidas de control. El brote se inició en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei en China, y se extendió rápidamente a diferentes regiones chinas”, advirtió la publicación.
Según lo registrado por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (China CDC), hasta el 16 de febrero de 2020, había 70.641 casos confirmados y 1772 muertes debido a COVID-19, con una mortalidad promedio de alrededor del 2 al 5%.
“El análisis en profundidad de estos datos muestra claras disparidades en las tasas de mortalidad entre Wuhan (> 3%), diferentes regiones de Hubei (aproximadamente 2,9% en promedio) y en las otras provincias de China (aproximadamente 0,7% de media)”, destacan.
Y agregan: “Postulamos que es probable que esto esté relacionado con la rápida escalada en el número de infecciones alrededor del epicentro del brote, lo que ha resultado en una insuficiencia de recursos de atención médica, y eso afecta negativamente los resultados de los pacientes en Hubei, mientras que esto aún no sido la situación para las otras partes de China ( figura A, B)”.
Los expertos suponen que los niveles promedio de atención médica son similares en toda China: un mayor número de infecciones en una población dada puede considerarse un indicador indirecto de una mayor carga para el sistema de atención médica.
El trazado de la mortalidad frente a la incidencia de COVID-19 (número acumulado de casos confirmados desde el inicio del brote, por cada 10.000 habitantes) mostró una correlación positiva significativa ( figura C ), lo que sugiere que la mortalidad está correlacionada con la carga de atención de la salud.
En realidad, existen importantes disparidades regionales en la disponibilidad y accesibilidad de los recursos de atención médica en China. Dichas disparidades podrían explicar en parte las bajas tasas de mortalidad, a pesar del alto número de casos, en las provincias costeras del sudeste más desarrolladas, como Zhejiang (0 muertes entre 1171 casos confirmados) y Guangdong (cuatro muertes entre 1322 casos [0 · 3%]).
El gobierno chino se dio cuenta de los obstáculos logísticos asociados con los suministros médicos en el epicentro del brote, y se ha esforzado por acelerar las entregas, movilizar las fuerzas médicas grandes y fuertes del país y construir rápidamente nuevas instalaciones sanitarias locales.
Estas medidas son esenciales para controlar la epidemia, proteger a los trabajadores de la salud en primera línea y mitigar la gravedad de los resultados de los pacientes.
«Reconociendo la posible asociación de la mortalidad con la disponibilidad de recursos de atención médica podría ayudar a otras regiones de China, que ahora están comenzando a luchar con este brote, para estar mejor preparados», precisaron los especialistas.
Y concluyeron: “Más importante aún, dado que COVID-19 ya está afectando al menos a 29 países y territorios en todo el mundo, incluido un país del norte de África, la situación en China podría ayudar a informar a otras regiones con recursos limitados sobre cómo prepararse para posibles brotes locales”.
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