En un nuevo intento por frenar el avance de la pandemia, Francia afronta este mes su tercer confinamiento en un año, que aunque es más ligero que los anteriores de marzo y noviembre cerrará escuelas y los comercios considerados no esenciales.
Hasta esta semana había ya 19 departamentos, incluido el parisino, con restricciones que se sumaban al toque de queda generalizado desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana.
Pero el país registra de media unos 37.000 nuevos contagios al día y ha superado el pico de la segunda ola con más de 5.200 pacientes de covid-19 en las unidades de cuidados intensivos, unas cifras ante las que el Ejecutivo ha reforzado su dispositivo.
Aunque este tercer confinamiento entró oficialmente en vigor el sábado por la tarde, coincidiendo con el inicio del toque de queda, este domingo es el primer día completo en el que todos los franceses se ven sometidos a esos mayores controles, que vetan los viajes internos salvo por motivo imperioso.
TOLERANCIA TEMPORAL EN LOS VIAJES
Su coincidencia con las vacaciones de Pascua ha provocado que el Ejecutivo esté teniendo cierta tolerancia con esos desplazamientos, autorizándolos cuando se trate por ejemplo de ir a dejar los niños con sus abuelos o para ir a confinarse a otra zona.
La compañía ferroviaria SNCF recibió 600.000 reservas para viajar entre este viernes y el lunes. De ellas, la mitad se hicieron después de que el presidente, Emmanuel Macron, se dirigiera el miércoles a la nación para precisar la nueva hoja de ruta y pedir un nuevo esfuerzo.
El nuevo dispositivo ha provocado que el Ejecutivo rebaje este domingo en un punto porcentual la previsión de crecimiento económico para 2021.
«Cerrar los establecimientos escolares y 150.000 comercios es indispensable para frenar la circulación del virus, pero estas medidas tendrán un impacto sobre la economía. Vamos a revisar nuestro crecimiento del 6 al 5 %», dijo el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en el semanario Le Journal du Dimanche.
Las autoridades dicen entender la preocupación de los comerciantes y aseguran que mantendrán su apoyo.
«Permitiremos que reciban una ayuda mensual de hasta 200.000 euros del Fondo de Solidaridad. Indemnizaremos igualmente parte de sus reservas no vendidas. Y los alquileres de las empresas que sean elevados serán asumidos hasta un límite de 10 millones de euros», dijo.
IMPACTO ECONÓMICO DE LAS AYUDAS
El coste total estimado de esas ayudas en abril será de 11.000 millones de euros, pero Le Maire confía en que, tras una caída del 8,2 % de la economía francesa en 2020, permitirán al país una recuperación más rápida y más fuerte cuando las restricciones se levanten.
La ralentización del crecimiento hace que también se haya elevado, esta vez en medio punto y hasta el 9 %, la previsión de déficit público para este año, según otra entrevista conjunta de Le Maire con la emisora RTL, el diario Le Figaro y la cadena LCI.
De momento, según un sondeo publicado este domingo por Le Journal du Dimanche, la confianza en el Ejecutivo respecto al plan sanitario se mantiene en niveles similares a los de mediados de marzo.
Un 51 % de franceses dice confiar en su ayuda a las empresas ante las dificultades provocadas por la pandemia, un 42 % cree en su capacidad para sacar adelante la campaña de vacunación y un 35 % considera que está afrontando de forma eficaz el coronavirus.
Pero el cierre físico de las escuelas, de entre tres y cuatro semanas a partir de este martes, según los niveles, ha supuesto un nuevo golpe para los padres que deberán conciliar su vida laboral con la familiar.
«Me voy a tener que apañar sola para ocuparme de mi hija y seguir trabajando», explica a EFE Océane, estilista de 29 años, separada y madre de una niña de tres, que habría dejado los colegios abiertos «porque de todas maneras los niños se van a ver en el parque».
«Llega un momento en que no puedes impedir que salgan ni secuestrarlos, sobre todo cuando vives en grandes aglomeraciones como París», añade la joven, que tiene escolarizada a su pequeña en una escuela del distrito XX de la capital.
Francia acumula unos 96.500 muertos y 4,7 millones de casos, y ha puesto el acelerador en su campaña de vacunación, que ya ha administrado al menos una dosis a 9,2 millones de franceses y las dos a 3,1.
Este martes, siete hospitales militares aumentarán su capacidad para vacunar también a la población civil, y a lo largo de abril se espera contar con unos 40 ‘vacunódromos’, uno de los cuales, en el Estado de Francia en Saint-Denis, a las afueras de París, se inaugurará también el martes. EFE
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