El frente frío que afectó con intensas lluvias y vientos a gran parte de Chile se desplazó este jueves hacia Argentina, tras causar un muerto y más de 6.000 damnificados, según un reporte de las autoridades.
AFP
En el último balance de la jornada, la ministra chilena del Interior, Carolina Tohá, afirmó que «lo peor de este sistema frontal ha quedado atrás, pero no se puede bajar la guardia».
El fenómeno afectó las regiones de Valparaíso y Metropolitana, en el centro del país; además de O’Higgins, El Maule y BioBío, en el sur. En la región de Coquimbo, en el norte, casi no hubo afectación.
Los mayores daños se concentraron en Biobío, 600 km al sur de Santiago. De las 6.392 personas damnificadas de acuerdo con el último reporte, 6.309 están ubicadas en esa zona, donde se desbordaron dos ríos en la localidad de Curanilahue.
«Necesitamos botes para poder sacar a la gente», clamó ante la Televisión Nacional de Chile uno de los afectados en esa ciudad, el epicentro de las inundaciones, según las autoridades.
Durante la mañana, la ministra Tohá se trasladó hasta esa población para evaluar los daños y visitar albergues de damnificados. Unas 2.000 casas fueron afectadas por las crecidas de los ríos Curanilahue y Las Ranas.
Según las autoridades, en BioBío cayeron en las últimas 24 horas 182 mm de lluvia. En la región Metropolitana de Santiago 55 y en Valparaíso 67.
– Río atmosférico-
El frente siguió su trayectoria hacia Argentina, por lo cual las autoridades chilenas cancelaron la alerta meteorológica activa.
«El 80% de este sistema frontal ya salió de Chile y está en territorio de Argentina», afirmó más temprano el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
La Dirección Meteorológica de Chile había emitido el miércoles una inusual «alarma climática»: el máximo nivel de advertencia a la población por intensas precipitaciones y vientos para el centro y sur del país, un área que abarca a 14 de los 20 millones de chilenos y donde las autoridades decretaron estado de «catástrofe».
Un nivel de alarma de estas características no se había activado para la capital chilena en las últimas dos décadas. Desde hace 15 años, la zona central de Chile sufre una intensa sequía.
El último reporte del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) mantuvo el saldo de una persona fallecida por la emergencia en la ciudad de Linares (sur).
En Santiago seguía lloviendo y se esperaba que en total cayeran unos 80 mm de agua, la misma cantidad que lo previsto para todo un mes de junio en un año normal.
En la capital, donde viven 9 millones de habitantes, gran parte de la población decidió permanecer en casa.
Se reportaban inundaciones en algunas zonas periféricas.
El frente frío estuvo acompañado «de un río atmosférico» categorizado entre 4-5 en un escala de máximo 5, por la cantidad de vapor de agua disponible, lo que aumentó «considerablemente la cantidad de precipitaciones esperadas», según la Dirección Meteorológica.
En el marco de la emergencia, las autoridades suspendieron las clases en Santiago y demás regiones afectadas, y pidieron a la población limitar sus desplazamientos.
En la ciudad de Viña del Mar, 110 km al este de Santiago, hay alerta por el posible colapso de un edificio de 12 pisos y 200 departamentos en el sector de Reñaca.
Las lluvias del fin de semana provocaron un socavón de 15 metros de extensión y 30 metros de profundidad bajo el inmueble.
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