Además de la violencia contra los protestantes, los militares continúan con la campaña de detención de disidentes, con 569 arrestos desde el inicio del golpe.
Miles de manifestantes desafiaron este domingo en Myanmar la represión policial que este sábado costó la vida a dos personas durante una protesta, mientras continúan los arrestos y la junta militar en el poder se enfrenta a una creciente presión internacional. En Mandalay, la segunda ciudad del país, la represión policial que se cobró la vida a dos personas no amilanó a los manifestantes, que salieron en mayor número que ayer y llenaron las calles de gritos y pancartas contra los uniformados, que tomaron el poder con un golpe de Estado el pasado 1 de febrero. Los dos fallecidos, muertos por sendos disparos de bala, habían acudido en apoyo de trabajadores de astilleros en huelga por unirse al movimiento de protesta y a los que las autoridades querían forzar a trabajar.
Al menos otras seis personas sufrieron heridas de bala sobre la treintena de heridos en total, según el periódico ‘The Irrawady’. Testigos relataron a Efe cómo la Policía reprimió la protesta del sábado con munición real y balas de goma, bombas de gas lacrimógeno, así como con proyectiles metálicos fabricados con tornillos y lanzados con tirachinas. Con las dos muertes del sábado son ya tres los fallecidos por la represión policial, tras confirmarse el viernes el deceso de Mya Thwe Thwe Khine, una joven de 20 años que murió de un disparo policial en una protesta, y cuyo funeral se celebra este domingo en la capital, Naipyidó.
Miles de personas se unieron al cortejo fúnebre que recorrió algunas calles de la ciudad, muchos de ellos con fotografías de la víctima, que se ha convertido en un símbolo de las protestas contra el régimen militar. Según los análisis de vídeos y fotografías elaborados por varias organizaciones humanitarias, la joven se desplomó en el momento en que sonó un disparo durante una protesta en la capital que la Policía trataba de disolver con cañones de agua.
La junta militar negó este domingo a través del periódico estatal cualquier responsabilidad en su muerte y alegó que, según la autopsia, la bala que la alcanzó no era del mismo tipo que las utilizadas por las fuerzas del orden birmanas. Además de la represión violenta de las protestas, los militares continúan con la campaña de detención de disidentes, con 569 arrestos desde el inicio del golpe, según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos.
Uno de los últimos arrestados fue el famoso actor Lu Min, detenido en la noche del sábado por su apoyo a las protestas contra el golpe, según confirmó su esposa en un vídeo publicado en su perfil de Facebook. Mu Lin, que ha tomado parte en varias protestas en Rangún, era una de las seis celebridades buscadas por el Ejército desde el miércoles por haber infringido la ley contra la incitación, al haber animado a funcionarios a participar en manifestaciones, y puede enfrentarse a una pena de hasta dos años de prisión.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.