El secretario general de la ONU, António Guterres, ha anunciado este lunes el nombramiento del diplomático noruego Tor Wennesland como nuevo coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, en sustitución de Nickolay Mladenov.
Wennesland será además representante personal ante la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y ante la Autoridad Palestina, así como representante del secretario general de la ONU ante el Cuarteto para Oriente Próximo.
Guterres ha expresado su agradecimiento al búlgaro Mladenov «por sus importantes contribuciones y por la dirección de la Oficina del Coordinador Especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Próximo (OCENU).
Weennesland es diplomático de carrera. Ingresó en el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego en 1983 y en estos momentos es el representante especial de Noruega para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, por lo que preside el Comité de Enlace Ad Hoc para Palestina.
Tiene una experiencia en el conflicto de Oriente Próximo, en el que está implicado desde 1994, cuando fue asesor para la Mesa de Oriente Próximo del Miniterio de Exteriores noruego durante el proceso que propició el Acuerdo de Oslo II.
Tiene un máster en Divinidad de la Escuela Noruega de Teología, Religión y Sociedad y está titulado en Filosofía y Sociología por la Universidad de Oslo.
En uno de sus últimos mensajes como coordinador especial de la ONU para Oriente Próximo, Mladenov ha pedido este lunes «pasos prácticos» para el reinicio de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
«El Cuarteto para Oriente Próximo, junto a los socios árabes y los líderes israelíes y palestinos, deben trabajar juntos para volver al camino de las negociaciones significativas», ha sostenido Mladenov, quien ha agregado que «israelíes y palestinos, judíos y árabes han vivido con el conflicto desde hace demasiado».
Mladenov ha alertado además de la situación que atraviesa la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) por la falta de fondos y el posible impacto que esto podría tener sobre los programas humanitarios, incluido el pago de salarios a trabajadores educativos, sanitarios y sociales que ayudan a refugiados palestinos.
En concreto, ha pedido 88 millones de dólares para evitar el colapso de la agencia y poder continuar sus operaciones humanitarias. Mladenov ha precisado que la brecha incluye unos 22 millones de dólares necesarios para pagar los salarios de casi 30.000 trabajadores de primera línea que ayudan directamente a los refugiados palestinos. Además, la previsión de ingresos para la agencia en enero de 2021 es aún peor, lo que puede agravar la situación y obligar a la UNRWA a aplicar medidas más drásticas.
La UNRWA, establecida en 1949, tiene mandato para dar ayuda y protección a cerca de 5,7 millones de refugiados palestinos registrados con la agencia en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania –incluido Jerusalén Este– y la Franja de Gaza. Así, da a estas personas educación, servicios sanitarios, apoyo social e infraestructuras, además de apoyar diversos programas sociales y financieros.
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