Tras ocho años de conflicto, Yemen está al borde de otro desastre humanitario y medioambiental. Un envejecido petrolero varado frente a la costa de Yemen, el FSO Safer, que contiene un millón de barriles de petróleo, amenaza con verter su contenido en las aguas del Mar Rojo.
Para evitar este desastre ecológico, los gobiernos de los Países Bajos y las Naciones Unidas organizaron este miércoles en la ciudad neerlandesa de La Haya un evento en apoyo de un plan operativo coordinado por la ONU que busca responder a la amenaza del vertido.
El proyecto en dos fases cuenta con el apoyo necesario de las partes conflicto y tiene un presupuesto de 144 millones de dólares. De ese monto, se necesitan urgentemente 80 millones para una operación de emergencia de cuatro meses de duración.
Esta última acción consiste en transferir temporalmente el petróleo a otro buque de capacidad equivalente antes de que sea demasiado tarde.
El Secretario General de la ONU envió un mensaje a los asistentes al evento y destacó que el Plan puede frenar este potencial desastre ecológico antes de su inicio.
António Guterres recordó que durante los últimos meses la Organización trabajó estrechamente con todas las partes para alcanzar este acuerdo y que ahora se necesitan los fondos para llevarlo a la práctica.
“El evento de hoy es un paso fundamental para evitar una catástrofe que afectaría a Yemen, a la región y al mundo. Doy las gracias a todos aquellos cuyos esfuerzos nos han ayudado a llegar a este punto, y a los Países Bajos por copatrocinar el evento de hoy”, declaró.
Guterres instó a todos los participantes a cubrir la totalidad del monto solicitado para que la operación pueda comenzar de inmediato. “No hay tiempo que perder”, enfatizó.
La inacción supondría un alto coste
Las principales consecuencias de producirse un derrame grave serían:
La devastación de las comunidades pesqueras de la costa yemení del Mar Rojo, eliminando hasta 200.000 medios de subsistencia de forma instantánea. Comunidades enteras quedarían expuestas a toxinas que amenazarían su vida. La contaminación del aire afectaría a millones de personas.
El cierre de los puertos cercanos de Hodeidah y Saleef. Ambos embarcaderos son esenciales para el traslado de comida, combustible y suministros en un país en el que 17 millones de personas necesitan ayuda alimentaria. También podrían desaparecer temporalmente las plantas desalinizadoras de la costa del Mar Rojo, cortando una fuente de agua para millones de personas.
El grave impacto medioambiental que tendría sobre el agua, los arrecifes y los manglares que sustentan la vida en la costa de Yemen y posiblemente en todo el Mar Rojo.
El coste de la limpieza en caso de vertido se estima en 20.000 millones de dólares. Las interrupciones del transporte marítimo a través del estrecho de Bab al-Mandab hacia el Canal de Suez podrían costar miles de millones adicionales a diario.
En cambio, gastar decenas de millones de dólares ahora servirá para ahorrar decenas de miles de millones en el futuro.
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