Los padres del periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich hablaron por primera vez desde que su hijo fue detenido en Rusia el 29 de marzo pasado. “Yo tuve una sensación unos días antes, por eso lo llamé… En diciembre publicó un artículo sobre Putin que me preocupó mucho”, reveló Ella Milman. La intuición de madre tenía sustento…
Finalmente, cuando se enteraron del arresto, sintieron como si estuvieran en medio de un choque: “Fue aplastante, fue como estar de nuevo en la Unión Soviética”. Es que Ella y su marido, Mikhail Gershkovich, escaparon de la URSS en 1979 y se instalaron en Nueva Jersey, donde tuvieron a sus dos hijos, Evan y una niña, Danielle.
Los pequeños se criaron bilingües en inglés y ruso y fueron llevados de visita a Rusia en 1999.
Ahora, como un macabro giro de la vida, su hijo Evan está encarcelado en la tierra de la que ellos huyeron…
“Somos optimistas. Una de las cualidades estadounidenses que absorbimos es creer en un final feliz”, dijo la madre de Gershkovich al WSJ. “Pero no soy estúpida. Entiendo lo que implica, pero eso es lo que elijo creer”, añadió.
Mikhail también habló de la terrible experiencia. A pesar de confiar en el juicio de su hijo, cree que debería haber hecho más para advertirle de los peligros de vivir en Rusia: “Pero no podía convencerlo a los 15, menos ahora…”
Los cargos de espionaje contra Gershkovich son los primeros de este tipo en Rusia desde la caída de la URSS, y han provocado la protesta de medios de comunicación, grupos de defensa de los derechos humanos y gobiernos extranjeros.
En la entrevista, los padres afirman que Evan, de 31 años, sintió la responsabilidad de permanecer en Rusia tras la invasión de Ucrania, siendo uno de los pocos periodistas occidentales que seguían informando en Moscú a pesar de los peligros. “Sé que sentía que era su deber informar… Amaba a los rusos. Todavía los ama, estoy seguro, afirmó el padre.
Milman cree que algunos de los recientes reportajes de su hijo sobre Vladimir Putin llamaron la atención de las autoridades. En Moscú insisten en que Gershkovich fue “pillado in fraganti” cuando fue detenido en Ekaterimburgo a finales de marzo, a unos 1.800 kilómetros al este de Moscú. Desde entonces se encuentra recluido en la prisión moscovita de Lefortovo, donde aún no se le ha concedido acceso consular.
La cadena Bloomberg informó días atrás que el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó personalmente el arresto de Gershkovich. El respaldo del jefe del Kremlin a la medida refleja la creciente influencia de los intransigentes que presionan para profundizar una confrontación con Washington que consideran irreversible.
“Esto debería ser una verdadera llamada de atención, no solo para Estados Unidos, sino también para Occidente en general”, dijo Alina Polyakova, presidenta del Centro para el Análisis de Políticas Europeas en Washington. “Está indicando que en la mentalidad de Putin no hay vuelta atrás a una relación estable y confiable”.
Los abogados del reportero han recurrido su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del código penal, cargo que acarrea hasta 20 años de cárcel.
Tanto la Casa Blanca como The Wall Street Journal han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra su corresponsal y han exigido su liberación inmediata.
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