Ciudadanos y organizaciones de Buenos Aires mostraron su indignación a través de varias protestas por la violación de una joven venezolana a manos presuntamente de su jefe en el barrio porteño de Once, famoso por la venta de textiles, en un caso que generó polémica también en Venezuela.
La policía encontró al presunto violador y a la joven en el local, en el que había comenzado a trabajar poco tiempo atrás, con «el torso desnudo y se encontraba con algún efecto de psicotrópicos, tirada en una escalera en el fondo del comercio», dijeron a Efe fuentes oficiales, y tras realizarle los estudios médicos el diagnóstico es de «posible abuso».
Según ella misma relató a la prensa, había comenzado a sentirse mareada después de beber un vaso de agua que su jefe, Humberto Garzón, le ofreció, y consiguió llamar a su hermana para alertarla antes de quedarse dormida.
«Inmediatamente al tomarme el agua sentí que se me dormían las manos, marco la última llamada de mi celular, que por suerte era la de mi hermana, y ella contesta. Cuando ella contesta solamente vi que la llamada estaba corriendo pero ya no le pude hablar, no le pude decir absolutamente nada, sentí fue que me dormía, estaba muy mareada, dormida, no sé, y él me estaba poniendo el pantalón, y de ahí me imagino que me volví a dormir porque cuando me desperté nuevamente estaba la policía», señaló en declaraciones a TVV Noticias.
OTRAS VÍCTIMAS
Anioska Reyes, amiga de la joven de 18 años, contó a Efe que esta se encuentra » sin trato a otras personas, bastante cerrada, muy triste», y afirmó que hay más víctimas de esta misma persona, aunque «hay que darle espacio y tiempo» para que puedan contar sus casos.
«Víctimas que ya han sido de este agresor, es importante que declaren y que muestren las pruebas que tienen, si se comunicaron con el hombre, y sean testigos para que demos más contundencia a que este hombre esté tras las rejas y no haya más víctimas», afirmó.
Aseguró que ahora que se conoce el método que Garzón empleó será más fácil que otras víctimas puedan entender lo que les ocurrió.
«Las víctimas que pasaron este hecho imagino que cuando salían de la droga, él imagino que las confundía: ‘mira, te desmayaste, te di agua…’ entonces se van confundidas a sus casas sin saber qué pasó. A esas víctimas también les hablo, si ustedes piensan que están confundidas, no, no están confundidas, ya sabemos, ya salió a la luz este caso, así que pueden hablar, si ustedes piensan que fueron abusadas por este hombre hablen», agregó.
MARCHAS Y PROTESTAS
Tras conocerse la noticia se comenzó a viralizar la etiqueta «Garzón violador» en la red social Twitter, y se convocó una manifestación al frente de la tienda donde ocurrieron los hechos, a la que acudió, entre otros, Thays Campos, madre de la joven, quien aseguró que su hija «está destrozada».
Otra manifestación se convocó con dirección al Palacio de Justicia, en la que los asistentes, muchos integrantes de la numerosa comunidad venezolana en Argentina, reclamaron a la jueza que lleva el caso, Karina Zucconi, que ordene la detención de Garzón, quien por ahora sigue en libertad.
Mañana se realizará otra manifestación frente a la sede del Poder Judicial.
El caso cruzó las fronteras argentinas y llegó a Venezuela, donde hoy se realizó una protesta frente a la embajada Argentina en Carcas, y donde el considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello, se refirió a la violación en su programa de televisión.
«Ella logró avisar a su mamá, a su familia. Agarraron al tipo en flagrancia y lo pusieron en libertad porque no tiene antecedentes. Sí, la jueza que lleva el caso tiene antecedentes como cómplice de agresiones misóginas. Ya lo hizo antes con el caso del femicidio de Marianela Rago (…). Ojalá que el Gobierno argentino y la justicia argentina puedan cumplir con el rol que les corresponde, que no se lo impidan los tratados con el Fondo Monetario Internacional», señaló.
EFE
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