El Instituto Nacional de Derechos humanos (INDH) de Chile pidió este lunes a Carabineros que aclare el uso de presuntos químicos como medida antidisturbios en un carro lanza-agua que provocó quemaduras e irritaciones a los manifestantes durante la protesta del pasado viernes en Santiago.
La situación ocurrió durante la manifestación del viernes en Plaza Italia, epicentro de las protestas, donde la ciudadanía se autoconvoca desde el pasado 18 de octubre para clamar contra la desigualdad social y el Gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Durante los disturbios ocurridos en la protesta, Carabineros (Policía militarizada) hizo uso, como es habitual, de los carros lanza-agua, popularmente conocidos como «guanacos», para dispersar a la multitud.
El chorro de agua de uno de ellos disparó un líquido de color amarillo que según pudo constatar Efe sobre el terreno causaba quemaduras en la piel y una irritación extrema en las vías respiratorias, incluso a las personas que habitualmente portan máscaras antigás para evitar el efecto de las bombas lacrimógenas.
Ante dicha situación y las numerosas denuncias que proliferaron durante esa jornada y los días venideros respecto a la posibilidad de que el agua llevase productos químicos, el INDH, un ente estatal pero independiente que monitorea las protestas desde su inicio, pidió explicaciones a la institución uniformada y al Gobierno.
«Ya habíamos recibido denuncias las semanas anteriores y ayer se recibieron nuevas denuncias sobre los efectos nocivos que este líquido estaría generando en las personas», explicó el jefe de la Unidad Jurídica Judicial del INDH, Rodrigo Bustos.
Desde la institución advirtieron que se oficiará al Ministerio de Salud y a la Policía para que se informé qué composición tenía ese líquido que afectó a numerosos manifestantes y que incluso les provocó vómitos.
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«Irritaciones, complicaciones respiratorias e inclusive hasta quemaduras han sido denunciadas», señalaron desde el INDH a través de un comunicado.
El pasado diciembre un tribunal de la ciudad de Concepción, en la sureña región del Biobío, determinó que «resulta evidente que la mezcla de agua con gas lacrimógeno que se emplea para dispersar las multitudes, carece de toda regulación», después de que dos personas registraran situaciones similares en esa urbe tras una protesta.
«Se desconoce cuáles son los efectos que dicha mixtura provoca en el ser humano; se ignora cuál es la proporción que debe existir entre la referida sustancia con la cantidad de agua en que se disuelve», se afirmó en dicho fallo judicial.
Sobre la situación ocurrida en las inmediaciones de la Plaza Italia el viernes pasado Carabineros informó que detectaron una anomalía en el color del agua de dicho carro lanza-agua que estaba actuando en el sector y que se retiró el vehículo para verificar la situación.
A casi tres meses del inicio de las protestas, al menos 27 personas han perdido la vida, cinco de ellas presuntamente a manos de agentes del Estado, y los heridos y los detenidos se cuentan por miles y existen cientos de denuncias por violaciones a los derechos humanos, a nivel nacional e internacional.
Lo que empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que ha dejado también episodios de violencia extrema con saqueos, incendios, barricadas y destrucción de mobiliario público.
Aunque las manifestaciones han perdido fuerza, sigue existiendo descontento en las calles y la crisis parece lejos de solucionarse, pese a las medidas sociales anunciadas por el Gobierno y al plebiscito del próximo abril sobre una nueva Constitución.
EFE
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