El científico nuclear iraní Mohsen Fajrizadeh, asesinado el pasado viernes, fue enterrado este lunes en un santuario del norte de Teherán, en una segunda jornada de exequias fúnebres y en medio de gritos de venganza.
Debido a las restricciones por la COVID-19, el funeral se llevó a cabo con un limitado número de personas, principalmente sus familiares y algunas autoridades del país.
El féretro estaba cubierto con la bandera iraní y con al menos una fotografía del fallecido, al que los presentes dedicaron cantos del Corán.
El lugar elegido para su entierro fue el santuario Imamzadeh Saleh, donde también reposan los restos de otro científico nuclear Mayid Shahriarí, quien fue asesinado en 2010 en un suceso del que las autoridades persas también responsabilizaron a Israel.
Antes de ir al mausoleo, hubo una primera ceremonia con la presencia de varias autoridades y altos comandantes militares en el Ministerio de Defensa, donde el difunto era jefe de la Organización de Investigación e Innovación.
Durante el acto, el ministro de Defensa, Amir Hatamí, aseguró que Irán, tal y como ha ordenado el líder supremo, Alí Jameneí, perseguirá a los autores del asesinato de Fajrizadeh: «Ellos deben saber que serán castigados por sus acciones».
«Ningún crimen, ningún asesinato ni ningún acto estúpido quedará sin respuesta por parte de la nación iraní. Definitivamente, perseguiremos a los criminales hasta el final», aseveró Hatamí.
Las honras fúnebres por el científico, considerado el padre del programa nuclear iraní, comenzaron ayer, domingo, cuando su cuerpo fue trasladado a la ciudad santa de Mashad,
En Mashad, su ataúd fue llevado a hombros por trabajadores del santuario del imán Reza, el octavo imán chií, para realizar un último peregrinaje y otros rituales de despedida.
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A lo largo de la jornada de ayer, se realizaron ceremonias similares también en la ciudad santa de Qom, en el santuario de Fatemeh Masumeh, la hermana del imán Reza; y en el mausoleo del fundador de la República Islámica de Irán, Ruholá Jomeiní, en Teherán.
Fajrizadeh murió en una emboscada el viernes 27 de noviembre en la localidad de Absard, en las afueras de Teherán, de la que Irán ha responsabilizado a Israel y a EE. UU., aunque hasta el momento ninguno de esos dos países han confirmado su implicación.
Según los últimos datos divulgados por la agencia iraní Fars, el asesinato se efectuó mediante armas automáticas colocadas en un vehículo y activadas por control remoto, sin que hubiera presencia de asaltantes, como se informó en un principio.
El científico, que según Occidente e Israel dirigió el antiguo programa secreto iraní para desarrollar armas nucleares, recibió el impacto de varias balas, dos de las cuales le alcanzaron el costado y una la espalda.
De acuerdo a Fereydun Abasí, otro científico que se salvó de un intento de asesinato en 2010, Fajrizadeh «fue la persona más influyente del país en el campo de la energía nuclear y preparó la hoja de ruta» del sector.
EFE
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