Este domingo se cumplen 100 días desde que el grupo terrorista Hamas perpetró el ataque más sangriento jamás registrado contra el territorio israelí.
Por Infobae
El conflicto es ya el más largo y letal de los que han enfrentado a Israel y a los palestinos desde la creación del Estado judío en 1948, y no hay señales de que vaya a remitir.
Israel declaró la guerra en respuesta al ataque transfronterizo sin precedentes de Hamas el 7 de octubre, en el que el grupo armado asesinó a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó a otras 250 como rehenes. Fue el ataque más letal en la historia de Israel y el más sangriento para los judíos desde el Holocausto.
El gobierno israelí respondió con semanas de intensos ataques aéreos sobre Gaza antes de ampliar sus operaciones con una ofensiva terrestre. Sostiene que su objetivo es aplastar a Hamas y lograr la liberación de los más de 100 rehenes que siguen retenidos por el grupo.
La ofensiva ha causado una destrucción sin precedentes en Gaza. Pero más de tres meses después, el grupo terrorista se mantiene prácticamente intacto y los rehenes siguen cautivos. El ejército israelí afirma que la guerra se prolongará durante 2024.
A continuación, cinco conclusiones de los 100 primeros días de una guerra que ha sacudido a toda la región:
Israel nunca volverá a ser el mismo
Lo ocurrido el 7 de octubre tomó por sorpresa a Israel y quebró la fe de la nación en sus líderes.
Aunque la opinión pública ha respaldado la campaña militar, sigue profundamente traumatizada. La nación parece revivir a diario el 7 de octubre, una jornada en la que familias fueron asesinadas en sus casas, asistentes a un festival abatidos en el mismo reciento y menores y ancianos secuestrados en motocicletas.
Los carteles sobre los rehenes que siguen cautivos llenan las calles y la gente viste camisetas con un mensaje para sus dirigentes: “Tráiganlos a casa”.
Los canales de noticias israelíes dedican su programación a cubrir la guerra las veinticuatro horas del día. Emiten sin descanso relatos de tragedia y heroísmo del 7 de octubre, historias sobre los rehenes y sus familias y emotivos funerales de soldados muertos en combate.
Apenas se habla de la creciente cifra de muertos o del deterioro de la situación humanitaria en Gaza. Rara vez se mencionan los planes de posguerra para la Franja.
Una cosa se ha mantenido constante. Mientras los responsables de seguridad se han disculpado y apuntaron que renunciarán después de la guerra, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, sigue aferrado a su cargo.
A pesar de la fuerte caída de su aprobación, Netanyahu ha resistido a los pedidos para disculparse, renunciar o investigar los fallos de su ejecutivo. El mandatario, que ha estado al frente del país durante casi los últimos 15 años, afirma que ya habrá tiempo para las pesquisas tras la guerra.
Según el historiador Tom Segev, la guerra sacudirá al país durante años, y quizás durante generaciones. Los fallos del 7 de octubre y la incapacidad de llevar a los rehenes de vuelta al país han fomentado un sentimiento generalizado de traición y falta de fe en el gobierno, apuntó.
“A los israelíes les gusta que sus guerras vayan bien. Y esta no van muy bien”, afirmó. “Mucha gente tienen la sensación de que algo muy muy grave está fallando”.
Gaza nunca será la misma
En la Franja de Gaza, las condiciones ya eran difíciles antes del 7 de octubre debido al bloqueo impuesto por Israel y Egipto luego de que Hamas tomó el poder en 2007. Hoy, el enclave está irreconocible.
De acuerdo con los expertos, los bombardeos israelíes están entre los más intensos de la historia moderna. Las autoridades sanitarias gazatíes, controladas por los terroristas, dicen que la cifra de muertos ya ha superado las 23.000 personas, alrededor de un 1% de la población del territorio. Miles más están desaparecidas o sufren lesiones graves.
Más del 80% de la población quedó desplazada y decenas de miles se agolpan en asentamientos de tiendas de campaña en pequeños espacios del sur de Gaza, donde también hay bombardeados israelíes.
Jamon Van Den Hoek, experto en cartografía de la Universidad Estatal de Oregon, y su colega Corey Scher, del Centro de Postgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, calculan que casi la mitad de los edificios del enclave podrían estar dañados o destruidos, en base a análisis de imágenes satelitales.
“La magnitud de los posibles daños y la destrucción en Gaza es notable”, escribió Van Den Hoek en LinkedIn.
El costo humano es igual de demoledor. Naciones Unidas estima que alrededor de un cuarto de la población de Gaza pasa hambre y que apenas 15 de los 36 hospitales de la Franja están parcialmente operativos. Los niños han perdido meses de clase y no hay perspectivas de que puedan regresar a sus estudios.
“Gaza se ha convertido, simplemente, en inhabitable”, escribió Martin Griffiths, responsable humanitario de la ONU.
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