Juan Carlos I visitó este lunes en Madrid al actual rey, su hijo Felipe VI, en una jornada familiar que puso término a una primera y polémica visita a España tras casi dos años en el extranjero, acechado por sospechas de corrupción.
AFP
El rey emérito pasó toda la jornada en el palacio de Zarzuela, tras lo cual la Casa Real emitió un comunicado afirmando que Juan Carlos seguirá viviendo «de forma permanente» en Abu Dabi, a donde partió de regreso en la noche en un jet privado.
El comunicado también afirmó que el ex jefe de Estado (1975-2014) solo disfrutará de alojamientos privados tanto en sus próximas visitas como «si en el futuro volviera a residir en España», una frase interpretada por los medios españoles como una señal de que la Casa Real dejaba la puerta abierta a un futuro retorno definitivo de Juan Carlos.
Además de ver a su esposa Sofía, de quien está distanciado, y otros familiares, Juan Carlos de Borbón mantuvo con Felipe VI «un tiempo amplio de conversación sobre cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos» ocurridos en España desde que el rey emérito saliera del país, agregó el comunicado.
Oportunidad «perdida»
Juan Carlos llegó el jueves a España, pero desde ese día hasta este lunes estuvo en la localidad gallega (noroeste) de Sanxenxo, donde asistió a una competición de vela, su deporte favorito.
Desde que se fue a los Emiratos Árabes Unidos en agosto 2020, cuando recaían sobre él sospechas de blanqueo y corrupción, no había visto personalmente a su hijo, que ha tratado desde entonces de desmarcarse de su padre.
Las investigaciones fueron archivadas, entre otros motivos, por la inviolabilidad del anterior jefe de Estado y porque los posibles delitos habían prescrito, algo que exacerbó la polémica por su regreso.
El gobierno de izquierdas lamentó que el rey emérito no pidiera perdón por las irregularidades que salieron a la luz durante las investigaciones.
«Si en su primer viaje a España no ha aprovechado para dar explicaciones y solo para salir al mar y (asistir a) una barbacoa, entiendo que ha perdido la oportunidad» de explicarse, dijo ante periodistas el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Felipe VI nunca visitó a su padre en su exilio y, oficialmente, nunca habló por teléfono con él hasta la semana pasada, cuando acordaron esta visita que concluyó este lunes.
Juan Carlos I volverá a España a mediados de junio, de nuevo a Sanxenxo, donde se aloja en casa de su amigo y compañero de vela del equipo «Bribón», Pedro Campos.
Un regreso espinoso
La vuelta a España fue un asunto espinoso. El diario El País informó este lunes de que estuvo precedido por tres meses de negociaciones entre Felipe VI, el gobierno y Juan Carlos I, ayudados por un mediador cuya identidad no fue difundida.
En ellas, el gobierno se opuso a que el anterior monarca durmiera en su regreso en el palacio de la Zarzuela, por ser residencia oficial del jefe de Estado.
En Sanxenxo, Juan Carlos hizo algunas declaraciones breves y al vuelo, cuando entraba o se iba del club náutico, que no pasaron inadvertidas.
«Explicaciones, ¿de qué?», respondió secamente el domingo cuando le preguntaron si iba a hablar con su hijo de los asuntos por los que fue investigado.
«¿Cómo que qué le voy a decir? ¿Qué le dirías tú a tu hijo?», lanzó a una periodista que le preguntó de qué iban a hablar con Felipe VI.
En 2014, Juan Carlos abdicó perseguido por los escándalos, y justificó su exilio en Abu Dabi en la necesidad de «facilitar» el trabajo a su sucesor en el trono.
En marzo de 2020, Felipe VI renunció a la herencia de su padre y le retiró su asignación anual de casi 200.000 euros.
Más recientemente, en abril, puso en marcha con el gobierno de Pedro Sánchez una operación de «transparencia» en la Casa Real, que ahora deberá auditar sus cuentas, hacer públicos sus contratos o hacer un inventario de los regalos recibidos.
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