El expresidente colombiano Juan Manuel Santos afirmó este jueves que él mismo impuso «las reglas de juego» en las negociaciones de paz con las FARC, al referirse a la revelación del último jefe de esa guerrilla, Rodrigo Londoño, de que cuando se gestaban los diálogos planearon un atentado en su contra.
EFE
«Yo mismo impuse las reglas de juego, que ustedes aceptaron: negociamos en medio de la guerra como si no hubiera guerra, y seguimos en la guerra como si no hubiese negociación», expresó Santos, presidente de Colombia entre 2010 y 2020 y Nobel de Paz en 2016, en una carta dirigida al exjefe guerrillero.
Londoño, actual presidente del partido Comunes, surgido de la desmovilización de la guerrilla, afirmó esta semana en una comparecencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que las FARC debatieron la ejecución de un atentado contra Santos cuando se estaban gestando los diálogos de paz.
«El único momento en que yo recuerde que discutimos sobre actuar (atentar) contra una persona, es cuando en la conducción de ‘Alfonso Cano’ (jefe de las FARC muerto en noviembre de 2011) él nos informa que un comando está listo para atentar contra la vida del presidente Juan Manuel Santos», dijo Londoño.
En la diligencia ante la JEP Londoño, conocido en su época de guerrillero como «Timochenko», añadió: «Es la única vez que yo recuerdo que como secretariado discutimos para tomar la decisión si se atentaba o no se atentaba contra una persona».
El exjefe guerrillero detalló que en el secretariado de las FARC, máximo órgano de esa guerrilla, hubo un «debate frente al tema del atentado personal, lo que eso significaba y en últimas él (Cano) tomó la decisión y dijo que no se iría a ejecutar porque no sería ético actuar contra una persona con la cual en ese momento se estaba dialogando y a esa actividad nunca se le dio vía libre».
«NO HUBIERA SIDO ‘ANTIÉTICO'»
Santos manifestó que si las FARC hubiesen perpetrado el atentado «no hubiera sido ‘antiético'» y recordó que la guerrilla siempre pidió «un cese al fuego» pero él se negó «con el argumento de que al perro no lo capan dos veces», en referencia a negociaciones anteriores en las que las FARC aprovecharon esa ventaja.
«Les advertí que habría cese al fuego solo cuando llegáramos a acuerdos concretos. Y recuerdo que específicamente les dije que matarme a mí sería parte de las reglas de juego, y -por supuesto- viceversa. Por eso no hubiera sido «antiético», pero agradezco el gesto», expresó el expresidente.
Justamente «Alfonso Cano», penúltimo comandante de la guerrilla y cuyo verdadero nombre era Guillermo León Sáenz, murió en una operación militar realizada en el departamento del Cauca (suroeste) en noviembre de 2011, cuando Santos ya era presidente y se estaba explorando la posibilidad de negociar la paz.
«Yo no fui tan magnánimo y por eso autoricé las operaciones contra todos los miembros de las FARC considerados objetivos de alto valor, incluyendo la de ‘Alfonso Cano’. Más de treinta de sus comandantes fueron capturados o dados de baja. Contra usted nunca tuvimos la inteligencia suficiente, pero lo habría autorizado», dijo Santos a Londoño.
Agregó: «Eran las reglas de la guerra, esa abominable guerra que en buena hora terminamos. Hubo un operativo contra un miembro del secretariado que no autoricé. Algún día contaré de quién se trata y por qué».
Luego de una etapa secreta, el Gobierno de Santos y las FARC iniciaron conversaciones en Cuba en 2012 y en 2016 firmaron el acuerdo de paz, que actualmente está en etapa de implementación.
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