Un juez de la ciudad brasileña de Rio de Janeiro ordenó suspender la construcción de una tirolina en el icónico cerro Pan de Azúcar, alegando irregularidades en las «perforaciones» realizadas en la piedra de este famoso punto turístico, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
AFP
Con su inauguración prevista para el segundo semestre del año, la nueva atracción turística, que se suma al teleférico ya existente, promete una experiencia «única» y «sustentable», pero genera fuerte resistencia entre vecinos y activistas ambientales.
«Se hicieron perforaciones de gran porte en el Morro Pao de Açúcar -sí, ¡perforaciones!- sin que se sepa con certeza cuánto daño eso puede causar» a la piedra, escribió el juez federal Paulo André Bonfadini en su decisión cautelar, firmada el jueves.
Y esto se hizo «antes de que hubiese una autorización del Iphan», Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico (Iphan). «Basta ver que las obras comenzaron en septiembre de 2022 y la autorización formal recién llegó en enero de 2023», agregó Bonfadini.
Atendiendo un pedido del Ministerio Público Federal (MPF, Fiscalía), el juez ordenó la «suspensión inmediata» de las autorizaciones del Iphan para las obras y que la empresa se abstenga de «promover cortes o perforaciones en las rocas» o cualquier modificación que implique «demolición o construcción de nuevos elementos».
Con su paisaje de montaña y mar y una de las vistas más deslumbrantes de la ‘cidade maravilhosa’, el Pan de Azúcar fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2012 junto a otros emblemas cariocas como la estatua del Cristo Redentor en el cerro Corcovado.
El sitio recibe 1,6 millones de visitantes al año.
La empresa a cargo de la atracción hace más de un siglo, Parque Bondinho Pao de Açúcar, afirmó en un comunicado enviado a la AFP el viernes que todavía no tuvo acceso a la decisión judicial, pero reiteró la «absoluta legalidad de las obras».
El «proceso de licenciamiento siguió todos los requisitos técnicos solicitados por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico (Iphan) y la Secretaría Municipal de Medio Ambiente y Clima (Smac)», entre otros organismos públicos.
La atracción está proyectada para que los visitantes desciendan por cuatro líneas de tirolesa que conectarán el Pan de Azúcar (de 396 metros sobre el nivel del mar), y su vecino Urca (220 metros). Recorrer 755 metros con una velocidad máxima de 100 km/h.
Además de las perforaciones, sus detractores reclaman posibles efectos en la flora y fauna local, ya afectados, dicen, por los sobrevuelos de helicópteros turísticos y fiestas nocturnas.
El grupo «Movimiento Pao de Açucar sin tirolina» promueve una petición en internet para impedir las obras y reunió hasta ahora más de 23.000 firmas.
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