Escenas de desesperación, preocupación y llanto se ven en las puertas de los hospitales en la región boliviana de Cochabamba, en el centro del país, que es duramente golpeada por la tercera ola de la covid-19 y donde el escaso oxígeno medicinal que se consigue no dura nada y los servicios de salud están rebasados.
EFE
Uno de los lugares en una situación particularmente crítica es el Hospital del Norte en Cochabamba, capital de la región homónima, donde la llegada de oxígeno da respiros momentáneos al personal y pacientes.
El centro de salud, que es uno de los referentes para tratar la enfermedad en esa ciudad, activó en la víspera la «alerta roja» porque se estaba quedado sin oxígeno, explicó a Efe este martes la directora del hospital, Cinthia Rojas.
«Se nos ha hecho entrega de seis toneladas de oxígeno que nos va a permitir estar tranquilos aproximadamente hasta el jueves. El hospital tiene un requerimiento de oxígeno de una tonelada y media», indicó.
Al ser un hospital de segundo nivel, este centro ha recibido a la mayoría de los enfermos en la ciudad, lo que hizo que su «requerimiento de oxígeno sea mucho mayor, mucho más grande», señaló Rojas.
El hospital cuenta con siete camas de terapia intensiva y otras doce de terapia intermedia «que están saturadas ya más de un mes», lamentó.
A esto se suma una «brecha de 312 funcionarios» que debería tener para poder funcionar en su máxima capacidad, agregó Rojas.
En las puertas del hospital hay gente que aguarda expectante la llegada de oxígeno para sus familiares ingresados, mientras que otros esperan a que se abra un espacio para recibir atención.
FAMILIAS QUE SUFREN
El panorama es similar en el Hospital Benigno Sánchez en la ciudad vecina de Quillacollo, donde los familiares de los enfermos rondan en busca de oxígeno y con pedidos desesperados a las autoridades.
«Mi hermano quiere vivir, está desesperado y está luchando en este momento, piedad por favor», dijo a Efe entre lágrimas Isabel, cuyo familiar está contagiado.
La mujer comentó que además de requerir oxígeno, están padeciendo para encontrar los medicamentos que su hermano, que es padre de cinco hijos, requiere e incluso los buscan sin éxito mediante familiares y amigos que viven en otras regiones.
«No tenemos dinero, somos gente pobre, no podemos pagar tantos costos y no pueden lucrar con la salud de la gente», lamentó.
La falta de oxígeno, la saturación de los hospitales y la escasez de medicamentos son consecuencias de la tercera ola que azota al país desde mayo y que se ha ensañado particularmente con regiones como Cochabamba, que en la víspera reportó 915 nuevos contagios, y la oriental Santa Cruz, la mayor del país, con 758.
El país acumula 14.524 muertes y 371.279 contagios de la enfermedad desde marzo de 2020.
LA VOZ OFICIAL
El Gobierno boliviano anunció que están en camino las primeras 20 toneladas de las 320 de oxígeno medicinal adquiridas en Brasil y que se analiza la compra de plantas generadoras del insumo.
El viceministro de Comercio Exterior, Benjamín Blanco, explicó en una rueda de prensa que por semana pueden transportar hasta Bolivia unas 40 toneladas, por lo que las primeras 20 ya están en camino.
También indicó que están en reuniones con representantes de Argentina para adquirir oxígeno medicinal y que se envió una propuesta al ministerio boliviano de Salud para la compra de 13 plantas generadoras de oxígeno portátiles.
Estas plantas serían trasladadas por barco y se prevé que lleguen al país en uno a dos meses, en caso de que se concrete su adquisición, indicó Blanco.
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