El régimen cubano volvió a lanzar cortinas de humo acerca de su exclusión de la Cumbre de las Américas: «el temor a que se escuchen verdades incómodas» sería la razón de fondo de EEUU para dejar fuera a La Habana, Caracas y Managua, no que se trata de regímenes violadores de los derechos humanos de sus ciudadanos.
En una rimbombante «Declaración del Gobierno Revolucionario: Cumbre de las Américas, dominación antimperialista y exclusión» dada a conocer por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) cubano, las autoridades aseguran que la ausencia de La Habana supone que EEUU abusa «del privilegio que le otorga su condición de país anfitrión», además de negarse a «atender los justos reclamos de numerosos gobiernos para que cambiara esa posición discriminatoria e inaceptable».
«No existe una sola razón que justifique la antidemocrática y arbitraria exclusión de país alguno del hemisferio de esa cita continental. Es algo que las naciones de América Latina y el Caribe advirtieron desde la VI Cumbre celebrada en Cartagena de Indias, en 2012», asegura la nota.
Esta declaración fue dada a conocer horas después que Washington terminara con la incertidumbre en torno a la probable presencia de La Habana y luego de que media decena de activistas de la Isla fueran impedidos de viajar a la reunión como representantes de la sociedad civil independiente local.
«Entre la soberbia, el temor a que se escuchen verdades incómodas, el empeño en evitar que la reunión delibere sobre los temas más urgentes y complejos del hemisferio, y las propias contradicciones de su endeble y polarizado sistema político, el Gobierno estadounidense optó nuevamente por la exclusión como recurso para tratar de lograr un evento sin aportes concretos, pero provechoso para la imagen del imperialismo», prosigue la declaración.
«Se conocen las intensas gestiones de alto nivel llevadas a cabo por los Estados Unidos con gobiernos de la región para contener la intención de muchos de ausentarse del evento si no se invitara a todos. Estas incluyeron presiones inmorales, chantajes, amenazas y sucias maniobras de engaño. Son prácticas habituales del imperialismo que reflejan su desprecio tradicional hacia nuestros países. Merecen el más enérgico rechazo», asegura.
La nota agradece a los gobiernos que se hicieron eco de los reclamos de La Habana y le sirvieron como lobistas: empezando por el mexicano Andrés Manuel López Obrador; los países miembros de CARICOM; el boliviano Luis Arce Catacora y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro.
Según el MINREX, «la posición de Argentina como presidente de la CELAC expresa la opinión mayoritaria de la región en contra de una cumbre selectiva, como han expresado en público y en privado numerosos gobiernos de Sur y Centro América», puesto que Washington «subestimó el apoyo a Cuba en la región, mientras trató de imponer su política de hostilidad hacia Cuba».
Asimismo, el régimen asegura que «la XXI Cumbre del ALBA, celebrada en La Habana el pasado 27 de mayo, marcó sin ambages el repudio a las exclusiones y al trato discriminatorio y selectivo», en referencia a la reunión de última hora a la que asistieron los regímenes excluidos y sus aliados, y que aparte de condenar la Cumbre de las Américas, no tuvo acuerdos de importancia.
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