Ha pasado una semana desde que un enorme terremoto de magnitud 7,8 sacudió Turquía y Siria y se cobró la vida de más de 36.000 personas. Muchas decenas de miles más han resultado heridas. Millones podrían quedarse sin hogar.
Por CNN
Pocas imágenes han captado la devastación de la semana pasada tan claramente como una fotografía de Mesut Hancer.
Fue fotografiado sosteniendo la mano de su hija de 15 años, Irmak, bajo los escombros en la ciudad de Kahramanmaras, en el sur de Turquía, cerca del epicentro del terremoto. Dijo que ella murió en el momento del terremoto, sin posibilidad de escape.
En una entrevista con CNN Turk el sábado, Hancer habló sobre las vidas detrás de la imagen que ha llegado a definir el trágico desastre de la semana pasada.
Irmak había estado visitando a su abuela, dijo Hancer, y pasó tres días tratando de sacar su cuerpo de los escombros.
“Fue horrible. Tan pronto como escuché la noticia, corrí allí. Y con mis propias manos, con mis propios medios, con gran esfuerzo traté de sacar a mi hija. Sin embargo, desafortunadamente, no pude salvar a mi hija”, dijo Hancer.
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