La Justicia rusa dictaminó este miércoles prisión preventiva para dos empleados de un bar para homosexuales -el director artístico y el administrador- tras acusarlos de extremismo, el primer caso penal con este cargo desde que el movimiento LGBT fuera declarado extremista en este país.
Según el portal EAN News, la vista judicial en un tribunal de la ciudad de Oremburgo se llevó a cabo a puertas cerradas y los periodistas pudieron acceder a la sala solo durante la lectura del fallo.
El pasado 9 de marzo la policía efectuó una redada en un bar, donde se daban espectáculos ‘drag’.
Más tarde el Ministerio del Interior informó de haber “frustrado la actividad de un club nocturno, donde se reunían representantes de un movimiento prohibido en Rusia”.
Según las autoridades, en el establecimiento “se hacía propaganda del movimiento LGBT, prohibido en Rusia”.
El Tribunal Supremo de Rusia ilegalizó en noviembre de 2023 el movimiento internacional LGBT en este país al considerarlo una “organización extremista” a petición del Ministerio de Justicia.
“Reconocer el movimiento internacional cívico LGBT como una organización extremista y prohibir sus actividades en territorio de Rusia”, dictaminó el juez, Oleg Nefédov, al leer el veredicto.
La medida prohíbe la propaganda, la publicidad, el generar interés y animar a integrar las filas del movimiento LGBT.
Activistas homosexuales y juristas replicaron que, según la Constitución, Rusia es un Estado laico y acusan al Kremlin de querer “controlar” las conciencias de los rusos, al tiempo que inculcan “los valores familiares ‘tradicionales’, supuestamente incompatibles con las actividades de dicho movimiento”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, decidido a convertir a su país en una reserva moral frente al relativismo occidental, aseguró en 2023 juez Oleg Nefédov, que los homosexuales “también son parte de la sociedad”, pero criticó la obsesión con la igualdad de las minorías sexuales.
En noviembre de 2022, la Duma (cámara de diputados) aprobó una ley que prohibía totalmente la propaganda LGBT, la pedofilia y el cambio de sexo.
Además, en junio prohibió las operaciones quirúrgicas de cambio de sexo, lo que provocó una gran alarma entre la comunidad transexual.
Las autoridades rusas aseguran que no hay discriminación ni persecución de la comunidad homosexual en el país y que la prohibición de las manifestaciones públicas de dicho colectivo responde a los valores morales de Rusia.
Activistas LGBT, muchos de los cuales se exiliaron tras el comienzo de la guerra en Ucrania, crearon la organización Movimiento Internacional Cívico LGBT, que hasta entonces no existía, con el fin de defender los derechos del movimiento.
“Esto sería tan absurdo como, por ejemplo, llamar movimiento social a todos los pensionistas o a la gente que pertenece a una particular etnia”, apuntaron.
Los activistas temen que el fallo conlleve la prohibición de populares símbolos como el arcoiris y desate una ola de odio y violencia, ya que, según las últimas encuestas, ya son un 62% los rusos que apoyan limitar sus derechos, muchos más que hace diez años.
Además, advierten de que, a partir de ahora, los organizadores de cualquier actividad del movimiento LGBT pueden ser condenados a 10 años de cárcel.
“Comprendemos que este caso es una preparación del terreno para las represiones políticas (…) Es la intimidación de todos aquellos que defienden un punto de vista diferente al estatal, aquellos que son capaces y quieren dedicarse a actividades organizativas que el Estado no puede controlar”, dijo Kochetkov.