El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señaló el miércoles que 2022 fue el año más mortífero para los civiles en Somalia desde 2017, en gran parte por un aumento de los ataques cometidos por el grupo yihadista Al Shebab.
AFP
«Los continuos ataques de Al Shebab, que han resultado en violaciones de los derechos humanos, violencia sexual relacionada con el conflicto y un fuerte aumento de las víctimas civiles, son alarmantes», subrayó Guterres en un informe al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Según Guterres, desde fines de agosto de 2022 hasta principios de febrero, la misión de la ONU en Somalia registró un aumento del 153% del número de víctimas civiles, que sumaron 1.059, incluidas 382 muertes, la mayoría de ellas atribuidas a Al Shebab.
El país ubicado en el Cuerno de África, que también enfrenta una calamitosa sequía, ha sufrido un incremento de los ataques en momentos en que las fuerzas gubernamentales y las milicias aliadas libran una guerra «total» contra los militantes islamistas vinculados a Al Qaida.
«El aumento de las bajas hace que 2022 sea el año más mortífero para los civiles en Somalia desde 2017», indicó Guterres.
En los últimos meses, el ejército somalí y milicias de clanes locales han recuperado partes del territorio de Al Shebab en una operación respaldada por ataques aéreos estadounidenses y una fuerza de la Unión Africana.
Pero el grupo yihadista, que libra una cruenta lucha contra el frágil gobierno central desde hace unos 15 años, aún controla partes rurales y sigue lanzando numerosos ataques de represalia.
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