El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, expresó hoy su esperanza en que la cuarta ronda de negociaciones entre Gobierno y oposición de ese país para elaborar una constitución de consenso, que comienza mañana, lleve a que en enero ya se cuente con unos primeros principios de la carta magna.
EFE
«Continuamos con la misma agenda acordada en el anterior encuentro antes de agosto, con el fin de intentar tener ciertos principios antes de finales de año y unas bases para la constitución en enero de 2021», destacó el mediador de Naciones Unidas en rueda de prensa previa a la nueva ronda.
El diplomático noruego señaló que hoy se reunirá con los tres grupos de las negociaciones que forman el llamado Comité Constitucional (uno en representación del gobierno, otro de la oposición y un tercero de la sociedad civil siria) y subrayó su optimismo de cara a los encuentros de la próxima semana.
Antes de esta nueva ronda, como las anteriores celebrada en Ginebra, Pedersen mantuvo una intensa agenda diplomática en la que se reunió con autoridades de Turquía, Rusia, Egipto, Irán, Arabia Saudí y la Liga Árabe para buscar apoyo internacional a las negociaciones.
«La constitución debe ser decidida por los mismos sirios, pero con un claro apoyo internacional, y me complace ver que me lo han transmitido», destacó Pedersen sobre sus encuentros en Cairo, Moscú, Ankara, Riad y Teherán.
El enviado de la ONU reconoció que aún hay muchos obstáculos en las actuales negociaciones, en un momento en el que sectores de la oposición siria ven este diálogo constitucional como una estrategia del régimen de Bachar al Asad para ganar tiempo mientras aumenta su control militar del territorio nacional.
«Sabíamos desde el principio que avanzar en un proceso constitucional sería difícil, tras casi diez años de conflicto hay un profundo recelo entre las partes y entendemos que tomará tiempo superarlo, pero espero que hayamos comenzado a construir cierta confianza», señaló el mediador a los periodistas.
El Comité Constitucional sirio, creado en Ginebra en octubre de 2019, está formado por 150 miembros (cincuenta representantes del gobierno, otros tantos opositores y un último medio centenar de la sociedad civil).
Quince miembros de cada uno de los tres grupos conforman el subcomité encargado de elaborar la futura constitución siria, que debería sustituir a la actual de 2012.
Las negociaciones se han visto dificultadas por la persistente desconfianza entre Gobierno y oposición -en la segunda ronda ni siquiera hubo reuniones directas entre ambos- y por la pandemia, que trastocó la tercera ronda en agosto después de que se detectaran cuatro positivos por COVID-19 entre los negociadores.
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