Desesperados por huir de la profunda crisis que azota a Cuba y con la esperanza de mejorar su calidad de vida, cientos de cubanos han abandonado su país en los últimos meses, atraídos por ofertas de trabajo en Rusia. Pero lo que les espera es un verdadero infierno: la guerra en Ucrania, donde son usados como mercenarios por el ejército ruso, que los recluta bajo engaños y amenazas, según reporta el diario estadounidense The Wall Street Journal.
La situación de Cuba es crítica. La isla sufre una profunda crisis económica y social, agravada por la represión del régimen de Miguel Díaz-Canel. La escasez de combustible, comida y medicamentos se ha vuelto insostenible, los cortes de luz son frecuentes y el descontento popular crece.
Ante este panorama, muchos cubanos ven en la emigración la única salida. Más de 500.000, el 5% de su población, han emigrado a Estados Unidos en los últimos dos años, según datos oficiales del gobierno estadounidense.
Pero no todos tienen esa opción. Algunos, desesperados, aceptan propuestas de trabajo en Rusia, sin saber que se trata de una trampa. Al llegar a Moscú, se enteran de que tienen que alistarse en el ejército ruso y viajar a Ucrania, donde se libra una guerra sangrienta desde el 24 de febrero de 2022.
Los cubanos que son seducidos por los reclutadores rusos no tienen escapatoria. Les quitan los pasaportes y los amenazan con deportarlos o encarcelarlos si no obedecen. Les prometen salarios de unos 2.000 dólares al mes y la ciudadanía rusa para ellos y sus familiares después de cinco meses de combate.
Pero la realidad es muy distinta. Sin apenas entrenamiento ni equipamiento adecuado, los cubanos son enviados al frente de batalla, donde se enfrentan a un enemigo letal.
“Los cubanos son carne de cañón y los van a matar a todos”, denuncia entre lágrimas Danelia Herrera, una madre cubana que recibió la noticia de que su hijo Raibel Palacio murió en Rusia el pasado mes de noviembre producto del impacto de un dron.
Palacio, de 24 años, era un albañil que vivía a las afueras de La Habana. Como muchos cubanos, dependía de las raciones de alimento de la dictadura o de las remesas de sus parientes en el extranjero para sobrevivir.
En noviembre, Palacio y tres amigos se subieron a un avión en el balneario cubano de Varadero, con la ilusión de una vida mejor en Rusia. Al llegar a Moscú, comenzó su pesadilla.
Palacio fue el primer cubano cuya muerte en Ucrania fue confirmada por su familia y reportada por la cadena Univision en Miami. Su esposa, Melisa Flores, recibió la trágica noticia por una llamada telefónica de uno de sus amigos, que también estaba en Ucrania.
“Me dijo que Raibel había recibido un disparo de un dron en la pierna y que se había desangrado mientras intentaba ponerse un torniquete”, relata Flores, entre sollozos, en su casa de La Habana. “Me dijo que lo habían enterrado en una fosa común, sin ninguna ceremonia ni bandera”.
Muchos cubanos han perdido la vida en Ucrania, sin que sus familias lo sepan o puedan reclamar sus cuerpos. Otros han resultado heridos o capturados. Algunos han logrado desertar o comunicarse con sus seres queridos, revelando la dramática situación que viven.
Los cubanos son uno de los contingentes más numerosos de mercenarios que Rusia ha reclutado en otros países, como la República Centroafricana, Serbia, Nepal y Siria, para reforzar su presencia militar en Ucrania.
El embajador Ruslan Spirin, representante especial de Ucrania para América Latina y el Caribe, dijo que el gobierno cree que unos 400 cubanos están combatiendo en el país. “Nos lo tomamos muy en serio”, aseguró.
Otros creen que las cifras son más altas. Maryan Zablotskyi, un diputado ucraniano que ha estudiado el tema, estima que entre 1.500 y 3.000 cubanos se han enrolado en el ejército ruso.
Los expertos en seguridad advierten que esta práctica supone una violación del derecho internacional y una amenaza para la paz y la estabilidad en la región.
El régimen cubano desarrolló un potencial logístico que pudo haber permitido el traslado a Rusia de más de 14 mil militares en los meses de julio y agosto del año pasado, según un análisis publicado después que se revelara la existencia de una red que reclutaba mercenarios cubanos para combatir junto a Moscú en la invasión de Ucrania.
De acuerdo con el análisis realizado por The Havana Consulting Group y Cuba Siglo 21, en julio de 2023 se registraron 13 vuelos semanales desde Rusia hacia tres destinos en Cuba: Varadero (8 vuelos), Cayo Coco (3 vuelos) y La Habana (2 vuelos). Estos viajes fueron operados por aeronaves Boeing 777 y Boeing 787, lo que suma una capacidad total semanal de 5.833 plazas.
Durante el período de julio a agosto del año pasado, se llevaron a cabo un total de 117 vuelos desde Rusia a Cuba, lo que representó una capacidad de asientos disponibles de 52.497. En estos dos meses, viajaron un total de 38,407 turistas rusos a la isla, utilizando el 73.16% de la capacidad de asientos disponibles y dejando libres el 26.84% restante.
“Después de las visitas, empezamos a ver mercenarios cubanos en el campo de batalla”, denunció Spirin en declaraciones recogidas por The Wall Street Journal.
“No eran soldados ni ex soldados”, dijo. “Son gente pobre que no tiene dinero para comprar billetes de avión”.
La versión de La Habana
La dictadura de Miguel Díaz-Canel anunció en septiembre de 2023 la desarticulación de una red de tráfico de personas con base en Rusia que reclutaba cubanos -tanto en la isla como en el país euroasiático- para luchar como mercenarios en la guerra en Ucrania.
La declaración se difundió luego de que varios medios fuera de la isla, entre ellos algunos radicados en Miami (principal base del exilio cubano), informaran de la presencia de mercenarios de la isla caribeña combatiendo con las tropas rusas en la invasión de Ucrania.
La Cancillería subrayó que “Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania”, y que Cuba “está actuando y actuará de manera enérgica” contra quien “participe en cualquier forma de trata de personas con fines de reclutamiento o mercenarismo para que ciudadanos cubanos hagan uso de las armas contra cualquier país”.
En un intento por incrementar el número de soldados en su ejército, Putin firmó un decreto en enero que permite a los extranjeros que sirven en el ejército ruso durante un año obtener la ciudadanía rusa para ellos, sus cónyuges, hijos y padres.
Rusia ha condonado la deuda a su antiguo aliado de la Guerra Fría y ha suministrado combustible para ayudar a mantener en funcionamiento la endeble red eléctrica de la isla. También ha donado toneladas de trigo y aceite de cocina, escasos en la isla.
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