La muerte de 65 periodistas, 38 de ellos en zonas de conflicto, llevó a la Unesco a calificar el año 2023 de «letal», pese al descenso en el número de víctimas del cómputo global respecto al ejercicio anterior (88).
EFE
«Esta disminución a nivel global oculta un fenómeno muy alarmante: el pronunciado aumento en el número de asesinatos en zonas de conflicto», alertó este martes la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en un comunicado de prensa.
Los países en los que más muertes en zonas de conflicto se contabilizaron y que coinciden también con lo indicado por el reciente balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) fueron Palestina (19), Líbano (3) e Israel (2).
Todas las muertes de informadores en esos tres territorios fueron contabilizadas a partir de los ataques de Hamas a Israel del 7 de octubre, y no desde el 7 de octubre y no desde principios de año como RSF. Por ello, señalaron que el último trimestre de 2023 ha sido el «más mortífero desde 2007».
Afganistán, Camerún, Siria y Ucrania también fueron puntos mortíferos con al menos dos muertes en cada uno de ellos.
El descenso de mortalidad, en cambio, se produjo en América Latina y el Caribe, donde hubo 15 asesinatos en comparación con los 43 del año 2022.
Estas cifras no incluyen la muerte de periodistas y profesionales del mundo de la comunicación en circunstancias no relacionadas con su profesión.
Las amenazas, las agresiones físicas, las detenciones y la confiscación de equipos son otros de los riesgos a los que están expuestos estos profesionales, según alertó esta organización internacional.
Una situación que, aseguró, puede generar «zonas de silencio», es decir, inaccesibilidad a la información para la ciudadanía desde puntos en los que resulta crucial.
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