América Latina y el Caribe tienen «la urgente necesidad de planificar y definir acciones prioritarias» para garantizar que millones de niños y adolescentes ejerzan su derecho a la educación en contexto de pandemia, advierte un informe elaborado por la Unesco y el BID publicado este lunes.
EFE
«Garantizar la seguridad de las operaciones escolares y la atención educativa a las poblaciones más vulnerables» es una de las conclusiones del documento de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Condiciones desiguales de acceso a los recursos humanos, económicos, de infraestructura y equipamiento educativo presentes en Latinoamérica se han visto agravadas por la pandemia de coronavirus, y ha obligado a millones de estudiantes a encerrarse y llevar sus mallas desde casa, cuando las condiciones lo permiten, relata el informe.
«Durante la emergencia se han exacerbado esas diferencias. Si uno quisiera recuperar tiempo y ponerse al día, se debería asegurar agua potable, tecnología, infraestructura y recursos humanos para volver a clases presenciales asegurando protocolos, un conjunto de recursos que no tenía previsto», explicó a Efe el especialista de la Unesco Alejandro Vera.
Las propuestas del informe apuntan a responder a la emergencia sanitaria entendiendo que existe una base de desigualdad estructural en el continente, y que desde ahí se piensen estrategias futuras de recuperación.
«El llamado es a priorizar la educación en los planes de recuperación de la pandemia. Durante este año casi todos los países han puesto en marcha medidas de respuesta como programas de alimentación o paquetes fiscales, la primera reacción en general no ha sido priorizar la educación, que ha estado un poco ausente», añadió Vera.
La mayoría de las escuelas públicas de la región no cuenta con las condiciones mínimas de infraestructura para cumplir con los protocolos sanitarios de distanciamiento físico.
Se calcula que 3,1 millones de estudiantes de nivel primario no tienen acceso a servicios de agua potable en el hogar ni en la escuela.
«En esta nueva etapa de recuperación hay que priorizar la educación. Este problema de economía política tiene sus beneficios a largo plazo, cuando la lógica política es más de corto plazo. Lo que hoy no hagamos, mañana nos va a costar el doble», comentó Vera.
El informe propone como piedra angular para los planes educativos del continente los principios de inclusión, equidad y no discriminación.
En sus conclusiones, los organismos destacan la capacidad que han mostrado los países para implementar medidas que garanticen la continuidad de aprendizajes en los estudiantes.
Sin embargo, no regresar a las clases presenciales implicaría un crecimiento de la exclusión y aumento en los niveles de desigualdad en el mediano y largo plazo.
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