El 8 de marzo de 2014 marcó un antes y un después en la aviación moderna con la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines. El vuelo se dirigía de Kuala Lumpur a Beijing con 239 personas a bordo. A pesar de extensas búsquedas y el hallazgo de algunos restos del avión, el destino final de la aeronave y las circunstancias que rodearon su desaparición continúan siendo un profundo enigma.
Por Infobae
La travesía del Boeing 777, que inicialmente prometía ser de aproximadamente seis horas, se vio interrumpida cuando, a solo una hora de vuelo, el transpondedor cesó su comunicación. El radar militar tailandés perdió su señal, y posteriormente, un cambio de ruta inesperado llevó a la pérdida total de contacto con el avión. Pese a los esfuerzos por establecer comunicación, no se recibieron mensajes de socorro ni hubo indicios de condiciones adversas o problemas técnicos que pudieran haber precedido a su desvanecimiento.
Durante la última década, la desaparición ha provocado una de las operaciones de búsqueda más grandes y costosas en la historia de la aviación. Resultaron únicamente en el descubrimiento de tres fragmentos confirmados del MH370 en el océano Índico occidental, además de una veintena de posibles piezas. Sin embargo, esas pistas no han sido suficientes para desentrañar la causa exacta detrás de la trágica pérdida del avión y sus pasajeros.
El informe final presentado por las autoridades malasias destacó una desviación intencionada del curso planeado de la aeronave, pero no logró esclarecer ni el responsable de dicha acción ni sus motivos, dejando el caso en un estado de incertidumbre.
Las teorías sobre lo ocurrido abarcan desde un fallo mecánico hasta un acto de terrorismo, sin descartar hipótesis más extravagantes que involucran fenómenos inexplicables. No obstante, la ausencia de pruebas concretas mantiene a la comunidad internacional y a los familiares de las víctimas en busca de respuestas. La complejidad y las pocas evidencias disponibles han convertido al caso del vuelo MH370 en uno de los misterios aeronáuticos más prominentes y desconcertantes del siglo.
Las teorías conspirativas
Una caída abrupta en el nivel de oxígeno, que habría dejado inconscientes a la tripulación y pasajeros, se señala como la explicación más plausible del incidente aéreo investigado. Este suceso habría provocado que el avión continuase su vuelo en piloto automático hasta agotar el combustible y precipitarse al mar.
Informes previos al evento, archivados hasta marzo de 2022, revelaron fallos en el sistema de presurización de la aeronave, identificados ocho meses antes del accidente. Esta situación sugiere un escenario en el que el capitán Zaharie Ahmad Shah, enfrentando una emergencia, habría intentado un retorno al punto más cercano para aterrizar, antes de perder la consciencia, gesto que explicaría la maniobra inesperada de 180° realizada en pleno vuelo.
La aeronave, un avión de Malaysia Airlines, llevaba a bordo 153 pasajeros de nacionalidad china, entre otros tripulantes de trece países. Investigaciones recientes determinaron que, momentos antes del cambio de curso, el piloto había activado un patrón de espera y, aproximándose a Malasia, desplegó los flaps, indicando planes de un aterrizaje de emergencia. La confirmación de esta teoría se ve reflejada en el hallazgo de un flaperón en Tanzania, que erosiona de manera coherente con una posición baja durante el impacto.
Tras cinco minutos, el patrón de espera fue cancelado, seguido por la desconexión del transpondedor y del sistema Acars, lo que cortó todas las comunicaciones. La hipótesis dominante sugiere que estas acciones fueron resultado de una hipoxia causada por la despresurización, la que implica síntomas como desorientación y pérdida de memoria, que hubiera afectado gravemente las capacidades cognitivas de los individuos.
Secuestro por parte del piloto
Las investigaciones sobre la teoría de un posible secuestro por parte de uno de los pilotos con la intención de aterrizar o abandonar el avión para sobrevivir han concluido en que no se encontraron motivos ni evidencias que respalden esta hipótesis. Los expertos analizaron detenidamente el comportamiento y las comunicaciones de la tripulación, así como sus condiciones personales y financieras, sin hallar indicios de conflictos, estrés o problemas que pudieran haber motivado tal acción.
La ausencia de pruebas sobre cambios significativos en las relaciones personales, financieras o laborales tanto del piloto al mando (PIC) como del primer oficial (FO) ha llevado a los investigadores a descartar la teoría del secuestro autoprovocado. Se examinaron minuciosamente las conversaciones por radio, sin detectar signos de ansiedad o estrés en las voces de los pilotos. Además, se confirmó que es imposible desactivar desde la cabina el despliegue automático de las máscaras de oxígeno, un mecanismo de seguridad crítico en situaciones de despresurización.
Este análisis exhaustivo desmiente la posibilidad de que uno de los pilotos intentara deliberadamente desviar o abandonar el avión bajo una situación controlada. Los sistemas de seguridad del avión, como el despliegue automático de máscaras de oxígeno en caso de pérdida de presión, están diseñados para proteger a la tripulación y pasajeros, permitiendo una reacción inmediata ante emergencias.
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