Los griegos votan el domingo en las primeras elecciones generales desde que Grecia dejara atrás de el rescate financiero, en unos comicios que según las encuestas llevarán a los conservadores al poder, poniendo fin a cuatro años de gobierno de izquierda acusado de lastrar al país con más deuda.
Las elecciones anticipadas son en gran medida un enfrentamiento entre dos contendientes. El actual primer ministro griego, Alexis Tsipras, del partido Syriza, está de un lado: un izquierdista de 44 años que llegó al poder en 2015 prometiendo romper la baraja de la austeridad para ceder en su postura tan sólo semanas después.
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Al otro lado está Kyriakos Mitsotakis, de 51 años, de Nueva Democracia, descendiente de una dinastía política que espera seguir los pasos de su padre como primer ministro.
Las encuestas de opinión sitúan la victoria de Nueva Democracia en hasta 10 puntos porcentuales, lo que podría darle una mayoría absoluta en el parlamento griego de 300 escaños. La votación finaliza a las 19:00 horas del domingo y los primeros recuentos oficiales se esperan unas dos horas después de que finalice la votación.
Grecia sufrió una devastadora crisis financiera a partir de 2010 que exigió hasta tres veces la ayuda de sus socios de la Unión Europea.
Tsipras ha sido duramente criticada por la mala gestión de las crisis y por mediar en un acuerdo profundamente impopular para poner fin a una disputa sobre el nombre de la vecina Macedonia del Norte.
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Grecia completó su último programa de ajuste económico en 2018, pero sigue bajo vigilancia para garantizar que no se produzcan desvíos fiscales en el futuro. Mientras que la economía vuelve a crecer, la tasa de desempleo griega del 18 por ciento es la más alta de la zona euro.
Nueva Democracia ha prometido invertir en la creación de empleos bien remunerados con salarios decentes. Mientras tanto, el gobierno saliente espera que los votantes lo recompensen por haber aumentado el salario mínimo en un 11 por ciento y por haber restablecido la negociación colectiva.
Reuters