En los últimos días antes de caer hospitalizado de emergencia por un presunto envenenamiento, Alexei Navalny pasó haciendo lo que más enfurece a Vladimir Putin: apoyando a jóvenes líderes opositores para las próximas elecciones y denunciando las actividades del Kremlin. Navalny hizo campaña para enfrentarse a Putin en las presidenciales de 2018, pero se le prohibió presentarse a los comicios. Desde entonces, estableció una red de oficinas de campaña en todo el país y ha estado presentando a candidatos opositores en comicios regionales para enfrentar a los aspirantes del partido gobernante, Rusia Unida.
En la víspera, se reunió con activistas locales para aumentar las fuerzas contra los políticos ungidos por Putin. “Tomsk es una gran ciudad, una de las más bellas de nuestro país. Y también hay grandes tipos que van a las elecciones. Se necesitan más voluntarios para derrotar a los candidatos oficialistas. El partido gobernante tiene mucho dinero, sólo podemos contar con la ayuda de gente buena y honesta”, escribió en la foto más reciente compartida en su cuenta de Instagram. “¡Los ladrones del ayuntamiento no se echarán solos!”, añadió.
Sus anteriores publicaciones están relacionadas a la crisis en Bielorrusia, donde el dictador Alexander Lukashenko, apoyado por el Kremlin, está acusado de fraude en las recientes elecciones. La semana pasada, Lukashenko acusó a Navalny de organizar las protestas multitudinarias sin precedentes contra su reelección que han sacudido a la ex república soviética desde el 9 de agosto, aunque no mostró pruebas para respaldar su denuncia, que fue una de las muchas en las que culpó a fuerzas extranjeras de la situación.
Este jueves por la mañana, Navalny se dirigió al aeropuerto de Tomsk para abordar un vuelo a Moscú. Fue a un café, se sentó y pidió algo para tomar. “Un té”, según relató su vocera Kira Yarmysh. En el momento en que bebía, un usuario de Instagram identificado como Pavel Levedev le tomó una foto.
Navalny subió al avión, pero nunca llegaría a la capital de Rusia. Poco después del despegue, se sintió mal, y le pidió a su vocera que no deje de hablarle. Pero los dolores se hicieron más agudos en su estómago, y sus gritos de dolor pusieron en alerta a todos los pasajeros de la aeronave, que no sabían qué le sucedía. Uno de ellos registró el momento, mientras un equipo de emergencias trataba de establecer un diagnóstico.
El video grabado en el avión muestra a socorristas dirigirse hacia la parte de atrás del aparato, donde un hombre grita. “Al principio del vuelo fue al baño y no volvió. Empezó a sentirse muy mal. Les costó devolverlo a su asiento mientras gritaba de dolor”, dijo Pavel Lebedev, el pasajero que compartió las imágenes.
Ante la situación, el comandante de la aeronave dispuso un aterrizaje de emergencia en Omsk, una ciudad a medio camino entre la de partida, Tomsk, y el destino el vuelo, Moscú.
Al llegar allí, una ambulancia ya esperaba por el dirigente opositor en la pista de aterrizaje. Allí se grabó uno de los videos más dramáticos, en los que se ve el traslado de Navalny en camilla desde la aeronave hacia el vehículo, que luego partió hacia el hospital.
Al llegar al centro de salud, Navalny fue rápidamente puesto en manos de los médicos que ahora luchan por salvarle la vida, mientras sus aliados y el Kremlin libran una batalla dialéctica por difundir sus respectivas versiones de lo que le sucedió al líder político al que Putin ha perseguido.
Mientras su vocera asegura que fue envenenado en el momento de beber el té que pidió en el aeropuerto, las versiones propagadas por las agencias de noticias oficiales señalan que la intoxicación se debería a una mezcla de pastillas psicotrópicas y alcohol en la noche previa al viaje, lo que Yarmysh desmiente de manera tajante.
Entretanto, la policía de Omsk ya sabe que tiene a un huésped inesperado y de interés nacional: ha tomado el hospital con una presencia inusual y busca examinar las pertenencias de Navalny, a los que sus aliados se niegan por temor que les implanten pruebas fraguadas.
En una entrevista con Echo Moskvy, su vocera, Kira Yarmysh dijo que cree que el presunto envenenamiento está claramente vinculado con la campaña electoral regional de este año.
Navalny se ha convertido en los últimos años en la cara más visible de la oposición al presidente ruso, Vladimir Putin, encabezando numerosas protestas en su contra y siendo detenido en repetidas ocasiones por las autoridades rusas.
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