Los soldados amotinados que derrocaron al presidente de Níger proclamaron al líder del golpe, general Abdourahmane Tchiani, como el nuevo jefe del Estado el viernes, horas después que el militar pidió el apoyo de la nación y los socios internacionales.
Por Infobae
En medio de temores crecientes de que la crisis política signifique un revés en la lucha de Níger contra los yihadistas y acreciente la influencia de Rusia en África occidental, el vocero de los golpistas, coronel Amadou Abdramane, dijo por la televisión estatal que se suspendía la Constitución y Tchiani está a cargo de la nación. La TV estatal identificó a Tchiani como jefe del grupo de soldados que realizn el golpe.
Según trascendidos, distintas facciones en las fuerzas armadas se disputaban el control desde que efectivos de la guardia presidencial detuvieron al presidente Mohamed Bazoum, elegido hace dos años en la primera transferencia democrática del poder desde la independencia de la antigua colonia francesa.
Níger es considerado el último socio confiable de Occidente frente a los yihadistas ligados a la red Al Qaeda y al grupo extremista Estado Islámico en la región del Sahel, donde Rusia y Occidente se disputan la influencia en la lucha contra el extremismo. Francia, que gobernó el país como colonia hasta 1960, tiene allí hasta 1.500 soldados que participan en operaciones conjuntas con las fuerzas locales.
Extremistas en Níger han atacado a personal militar y civiles, pero la situación general de seguridad no es tan drástica como en los vecinos Mali y Burkina Faso, que han expulsado a las fuerzas francesas. Mali ha recurrido a la milicia privada rusa Wagner y se cree que los mercenarios llegarán próximamente a Burkina Faso.
Ahora existe el temor de que Níger siga su ejemplo. Incluso antes del golpe, el Grupo Wagner, que ha enviado a mercenarios por todo el mundo al servicio de los intereses de Rusia, ya había puesto la mirada en Níger, en parte porque es un gran productor de uranio.
“No podemos continuar con los mismos enfoques propuestos hasta ahora, bajo el riesgo de presenciar la muerte gradual e inevitable de nuestro país”, dijo Tchiani en su discurso. “Por eso decidimos intervenir y asumir la responsabilidad”.
“Pido a los socios técnicos y financieros que son amigos de Níger que comprendan la situación concreta de nuestro país y le den todo el apoyo necesario para permitirle enfrentar los retos”, añadió.
Si Estados Unidos califica la asonada de golpe de Estado, Níger perderá ayuda militar y de otro tipo por valor de millones de dólares.
Los soldados amotinados, que llaman a su grupo Consejo Nacional para la Salvaguarda del País, acusaron a algunos dignatarios prominentes de colaborar con embajadas extranjeras para “extraer” a los gobernantes depuestos. En un comunicado a la TV estatal, dijeron que esto podría conducir a la violencia y lanzaron advertencias contra la intervención militar extranjera.
Bazoum, que no ha renunciado, tuiteó en tono desafiante el jueves desde su lugar de detención que la democracia prevalecerá.
No estaba claro quién gozaba del apoyo de la mayoría de la población, pero en las calles de Niamey, la capital, reinaba la calma y un cierto ambiente de festejo. Algunos conductores hacían sonar el claxon de sus vehículos en solidaridad con las fuerzas de seguridad, aunque no estaba claro si en apoyo al golpe. En otras ciudades, la gente descansaba después de las oraciones del viernes al mediodía y otras mantenían abiertos los negocios.
“Debemos rezar a Dios para que la gente se una y la paz regrese al país. No queremos tantas protestas en el país porque no es bueno… Espero que este gobierno haga un buen trabajo”, dijo Gerard Sassou, un tendero en Niamey.
Eso es exactamente lo que muchos en Occidente probablemente temen.
La crítica de Tchiani a los métodos de Bazoum y cómo ha funcionado la seguridad en el pasado sin duda inquietarán a Estados Unidos, Francia y la Unión Europea, dijo Andrew Lebovich, investigador en el Instituto Clingendael.
“Esto significará algunos cambios hacia adelante en las asociaciones de seguridad con Níger”, acotó.
Aunque Tchani trataba de proyectar una imagen de control, la situación parecía fluir. Una delegación de Nigeria, que esperaba servir como mediadora, partió a poco de arribar, y el presidente de Benin, escogido como mediador por el bloque regional ECOWAS, no había llegado.
El bloque convocó a una reunión de emergencia el domingo en Abuya, la capital de Nigeria.
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