El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) elegió este lunes al colombiano Sergio Díaz-Granados como su nuevo presidente ejecutivo en una votación en la que se impuso al candidato argentino, Christian Asinelli, que finalmente será el vicepresidente de la entidad. La votación terminó 17 a 0 producto del acuerdo que alcanzaron los candidatos.
La elección se realizó en una reunión semipresencial privada en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, sede del Gobierno mexicano y residencia del presidente, Andrés Manuel López Obrador, meses después de la dimisión del peruano Luis Carranza.
La CAF, cuyas siglas responden a su anterior denominación como Corporación Andina de Fomento, es un organismo conformado por 19 países accionistas (17 latinoamericanos, más España y Portugal, y 13 bancos privados), con sede en Caracas y encargado de financiar proyectos de desarrollo e impulsar la integración regional de América Latina.
Díaz-Granados (Santa Marta, 1968), ex ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia entre 2010 y 2013, es el actual director ejecutivo por Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que Asinelli es el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales para el Desarrollo en el Gobierno de Alberto Fernández.
El próximo presidente de la CAF, considerado el segundo mayor banco de desarrollo de la región después del BID, necesitaba al menos 10 votos y podrá optar a una reelección dentro de cinco años.
Díaz-Granados llegó a la elección con el apoyo explícito de países como Brasil, Chile, Ecuador y Uruguay. Por su parte, la candidatura de Asinelli tenía el respaldo anunciado de naciones como Bolivia, Venezuela, República Dominicana o Portugal.
Durante sus 51 años de funcionamiento, este Banco de Desarrollo, poco conocido por el gran público, se ha convertido junto al BID en un actor financiero esencial para el desarrollo en la región. Y ahora, la lección de su presidente se volvió clave, ya que será él quien decidirá qué papel jugará la CAF en la reactivación económica y en el desarrollo de la región tras la pandemia.
La Banca de Desarrollo de América Latina no suele estar en el centro de la atención en el Cono Sur por su ADN andino. Sin embargo, este proceso de renovación de autoridades atraviesa por un curioso tembladeral y juego de movimientos en toda la región que comenzó cuando el peruano Luis Carranza presentó su renuncia por acusaciones de acoso laboral. Desde entonces, la CAF está en manos de un interinato.
Carranza reprochó que la directiva de la CAF no respaldara el nombramiento de Bernardo Requena como presidente en Programas de Países y denunció que los directivos de Argentina le solicitaron que designara como vicepresidente a una persona, cuya identidad no reveló, que “no reunía las condiciones para el cargo”.
Durante la gestión de Carranza trascendieron acusaciones de despidos masivos y de acoso laboral en su contra, como denunció Alejandra Claros, ex coordinadora de Secretaría de la organización.
De nacionalidad peruana, Luis Carranza Ugarte fue elegido por amplia mayoría como presidente ejecutivo de CAF en una reunión extraordinaria de la directiva de la institución el 13 de diciembre de 2016. Carranza fue ministro de Economía y Finanzas de Perú en dos ocasiones, además de un destacado economista que trabajó en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
(Con información de EFE y AFP)
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