El Gobierno de Luxemburgo y la comunidad judía del país firmaron hoy un acuerdo para la «compensación del expolio de bienes judíos» vinculados al Holocausto, inclusive la indemnización de los supervivientes y la compra del Convento de Cinqfontaines para convertirlo en un centro de memoria histórica.
EFE
«Este acuerdo no borrará ningún sufrimiento, pero devolverá algo de dignidad», dijo el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, durante la rueda de prensa posterior al acto, organizado en el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto que se celebra en el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Bettel justificó que el acuerdo llega ahora porque «nunca es tarde», e insistió en que es «el momento de conocer la Historia y el pasado» y de «reconocer también nuestras responsabilidades», agregó el primer ministro.
No obstante, supone un «importante primer paso» y su rápida implementación «asegurará que Luxemburgo y la comunidad judía pueden conseguir juntos sus objetivos comunes, mantener una sociedad abierta y tolerante, que hay que mantener y preservar», concluyó el primer ministro.
Por su parte, el presidente de la Fundación de Luxemburgo para la Memoria del Holocausto, François Moyse, consideró que este acuerdo hace «justicia a esta generación» de los últimos supervivientes de la Shoá -palabra en hebreo para designar al Holocausto- «tarde, pero todavía a tiempo».
INDEMNIZACIÓN A LAS VÍCTIMAS
Los supervivientes del Holocausto residentes en Luxemburgo, así como las víctimas que residan fuera del país y aquellos que estaban en su territorio en el momento de la Shoá recibirán una indemnización de un millón de euros, canalizada a través de una organización hermana de la Organización Mundial de Restitución de los Bienes de Judíos (WJRO).
Del mismo modo, la Fundación Luxemburguesa para el Recuerdo de la Shoá, tendrá un presupuesto de 120.000 euros anuales durante los próximos 30 años para promover su recuerdo y cumplir con otros objetivos, entre ellos luchar contra la negación del Holocausto y el antisemitismo o ayudar a la preservación del patrimonio histórico judío vinculado a la Segunda Guerra Mundial.
También se incrementará el presupuesto anual del Comité para el Recuerdo de la Segunda Guerra Mundial en 65.000 euros al año durante los próximos 10 años y se dotará con 2 millones de euros la investigación académica y los trabajos que faciliten el acceso a ficheros de los archivos nacionales relacionados con la materia.
ADQUISICIÓN DEL CONVENTO DE CINQFONTAINE
El Ejecutivo de Bettel también se comprometió a adquirir el simbólico Convento de Cinqfontaines, «el único sitio en Luxemburgo (…) usado para la deportación de los judíos», en palabras de Moyse, con el objetivo de «transformarlo en un centro de memoria y luchar contra todos los prejuicios».
Además, también auditarán cuentas bancarias inactivas y seguros impagados del Holocausto, a partir de la lista existente de la población judía en Luxemburgo entre 1930 y 1945 y serán devueltas las obras de arte «y otros bienes culturales saqueados» en cuya identificación intervendrán el Museo Nacional de Historia y Arte, las colecciones de la Villa Vauban y la Biblioteca Nacional de Luxemburgo.
«La mayor parte de las víctimas no están ya en este mundo, pero es una medida de justicia histórica para recoger estos fondos y transferirlos a la Fundación para que pueda usarlos», concluyó Moyse.
El acuerdo fue firmado por Xavier Bettel y por François Moyse, así como por el ministro de Finanzas, Pierre Gramegna, por el presidente del Consistorio israelita de Luxemburgo, Albert Aflalo, así como por el representante de la WJRO en Europa, Dimitri Dombret.
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