El Gobierno neerlandés mantendrá al menos cuatro semanas la prohibición de vuelos entre Países Bajos y Reino Unido, Sudáfrica y todos los países de Sudamérica, y aplicará un toque de queda en territorio neerlandés a partir del próximo sábado, tras lograr este jueves el respaldo del Congreso.
EFE
La prohibición del tráfico aéreo con esos países entrará en vigor el sábado 23 de enero y tendrá una duración de al menos cuatro semanas, según confirmó hoy el primer ministro en funciones, Mark Rutte, a quien representantes en el Parlamento reprocharon no haber tomado esta medida antes, cuando se detectaron los primeros contagios con la nueva cepa.
“Ya sabíamos en Navidad que llegaría aquí la variante británica y ahora llegamos demasiado tarde, porque el 10 por ciento de los contagios ya son con la cepa británica del coronavirus. Así que ya está aquí”, criticó Eva van Esch, del Partido de los Animales.
Varias aerolíneas que operan en Países Bajos (KLM, Transavia, Corendon, TUI y EasyJet), junto a organizaciones comerciales, han publicado una declaración conjunta contra la introducción de la exigencia en el país de origen de un test rápido, junto a una PCR negativa, a todos los viajeros que quieran entrar en territorio neerlandés.
Según el documento, esta medida “convertirá a Países Bajos en el único país del mundo donde entrarán en vigor medidas de gran alcance, lo que pondrá en peligro la conexión de Países Bajos con el resto del mundo, la posición comercial neerlandesa y el empleo en el sector de la aviación”.
TOQUE DE QUEDA
Además, el Ejecutivo logró hoy el respaldo parlamentario que necesita para la introducción del toque de queda, aunque tuvo que ceder en el horario que proponía. La medida se aplicará desde el próximo sábado a partir de las 21.00 horas, media hora más tarde de lo que quería el Gobierno, y durará hasta las 4.30 horas de la madrugada.
El debate parlamentario sobre el toque de queda ha durado casi nueve horas, con varios partidos en contra, pero al final una mayoría respaldó la medida, siempre que se retrase media hora más, porque “marca la diferencia para que niños y jóvenes puedan seguir asistiendo a entrenamientos deportivos y para que los adultos puedan hacer la compra después del trabajo”, según el líder de los progresistas (D66), Rob Jetten.
El ultraderechista Geert Wilders consideró que el toque de queda es “una señal de impotencia y pánico por parte de un primer ministro que no puede controlar la situación” y subrayó que Países Bajos “ya tiene uno de los confinamientos más estrictos de Europa”, aunque criticó al Gobierno por no haber tomado antes otras medidas, como el inicio temprano de la vacunación y la prohibición de vuelos con los países de alto riesgo.
Países Bajos mantiene cerrada desde el 14 de diciembre y hasta el 9 de febrero toda la actividad no esencial, mientras que el sector de la hostelería lleva cerrado desde mediados de octubre y sobrevive con ayudas del Gobierno neerlandés, aunque aumentan las quejas de los empresarios por la falta de horizontes.
Rutte espera que los colegios puedan reabrir el 8 de febrero, una “prioridad” para el Ejecutivo, que ha encargado una investigación sobre los efectos de la cepa británica en los niños, cuyos primeros resultados indican que las escuelas podrán volver a operar de manera segura dentro de unas semanas.
Según los datos publicados hoy por el Instituto de Salud Pública (RIVM), Países Bajos registró un total de 5.857 nuevos positivos en las últimas 24 horas, unas 260 más que ayer, mientras que 91 pacientes del covid-19 fallecieron por el virus, cuatro más de las muertes registradas ayer por las autoridades sanitarias.
Con una población de unos 17 millones de habitantes, Países Bajos ha detectado en total 927.000 casos de coronavirus, con 13.248 fallecimientos confirmados con test PCR desde el pasado marzo, y mantiene una incidencia de 555,45 positivos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
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