Unas 28 muertes violentas en serie acumula Bogotá, la capital colombiana, en menos de ocho meses, evidencia pública de que, a pesar de la baja histórica de las tasas de homicidios, la ciudad ha mutado en epicentro de dos encarnizadas guerras entre mafias.
Así lo creen la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y el presidente Gustavo Petro, según reseña el diario El Tiempo. Estos funcionarios resaltan que detrás de estas muertes hay dos fenómenos que llevaron a los gobiernos local y nacional a tomar medidas urgentes y de fondo.
“Nueve organizaciones criminales de narcotráfico atormentan a Bogotá. De esas nueve, tres están en disputa criminal. Esas tres organizaciones son las que están causando los llamados ‘embolsados’», señaló la alcaldesa López, el martes pasado, tras culminar el segundo consejo de seguridad. Se trata de cadáveres envueltos en plástico y abandonados en plena vía pública, víctimas de la violencia extremista de los grupos enfrentados.
Uno de ellos, la organización criminal venezolana conocida como el Tren de Aragua, de la que agentes federales de Estados Unidos han rastreado cabecillas en Colombia, pero también en Chile, Ecuador y Perú.
Pero también está una célula mafiosa mexicana vinculada con el cartel de Sinaloa, y una segunda estructura criminal venezolana: ‘los Maracuchos’.
Organigrama variopinto
El Tiempo conoció que en el organigrama de los miembros del Tren de Aragua hay un componente mixto de venezolanos y colombianos. De ‘los Maracuchos’, oriundos del estado Zulia, señala que se quieren quedar con el mercado del narcotráfico enquistado en los barrios María Paz, El Amparo, Kennedy y la llamada puerta 6 de Corabastos, que nutren a los clientes que viven en zonas del norte de Bogotano.
‘Los Maracuchos’ llegaron hace tres años a la capital, desde Cúcuta, en donde se dedicaban a la extorsión, el homicidio, el microtráfico y el hurto. Su cabecilla, Ósmer José Pineda, alias “Maracucho”, fue capturado en 2019, en Lima.
Desde entonces, varios de sus lugartenientes permanecen en Bogotá.
“Los venezolanos buscan quitarles el mercado a los capos del viejo Bronx de Bogotá que se reagruparon en la banda ‘los Chontaduros’. Para trazar fronteras invisibles se mandan mensajes con los descuartizados”, le dijo a El Tiempo una fuente de la Policía.
Y la alcaldesa López agregó que “a falta de control y fortaleza, actúan con sevicia para infundir temor”. Además, fue enfática en que ninguno de esos grupos criminales tiene el control en alguna zona de Bogotá.
Hay un tercer grupo criminal venezolano
En este mapa criminal clasifica Erick Alberto Parra Mendoza, alias Yeico Masacre, el exmilitar venezolano que se apoderó de la banda criminal de ‘los Meleán’, sus coterráneos.
Y aquí vuelve a aparecer Estados Unidos. El medio colombiano supo que uno de los miembros de “los Meleán” ofreció información sobre ‘Yeico Masacre’ a cambio de quedarse en ese país.
Pero su récord criminal era tan violento que no le aceptaron la colaboración, aunque a agencias federales también les preocupa la expansión de la mafia venezolana, maridada con cocaína colombiana.
En esta guerra por el control del narcotráfico también participan bandas locales como ‘los Obispos’, ‘los Paisas’, ‘los Boyacos’ y ‘los Camilos’, que no se quieren dejar quitar las ollas y líneas de negocios ilícitos en Suba, Chapinero, Santa Fe, Los Mártires y Ciudad Bolívar.
Los mexicanos trafican y lavan el dinero
Agentes federales aseguran que en esta guerra mafiosa se involucraron los emisarios del cartel de Sinaloa y alias ‘Pájaro’, un viejo narcoparamilitar.
“Además de traficar, ese cartel está usando las gemas de esmeraldas para lavar plata”, aseguró una fuente en Miami.
Y otra más del alto gobierno le dijo a El Tiempo que los capos mexicanos podrían atravesársele a la ‘paz total’ que la administración Petro impulsa para el acogimiento a la justicia de organizaciones criminales.
¿Cooperación negada?
La ofensiva contra el hampa es tal que la alcaldesa Claudia López les pidió al embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, y al embajador de Venezuela en Colombia, Félix Plasencia, que se aíslen en la cárcel de Tocorón a alias “Niño guerrero” y alias “Giovani”, cabecillas del Tren de Aragua que siguen dirigiendo operaciones criminales que impactan a Bogotá.
Y, aunque ambos países están de plácemes por la reactivación de relaciones, el llamado generó una dura respuesta de Diosdado Cabello: “Aquí sí combatimos el narcotráfico, la violencia y hemos sido víctimas de la violencia traída de Colombia; ¿el sicariato, de dónde viene?, ¿los paramilitares de dónde vienen?, ahora viene esta señora a echarle la culpa a Venezuela”.
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