Una protesta de miles de personas en el centro de Londres contra las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus terminó este sábado con enfrenamientos entre manifestantes y los policías que trataban de dispersarla, tras comprobar que no se cumplían las medidas de distancia social.
EFE
Al menos tres manifestantes y un agente fueron atendidos por equipos médicos, según han informado medios locales, al finalizar una concentración que había sido convocada en la céntrica plaza de Trafalgar.
Durante el acto, se vieron pancartas en las que se leían lemas como «Libertad, en lugar de miedo»; «¿Dónde está la pandemia?»; «Los medios de comunicación son el virus»; «Covid-1984 «Nosotros no consentimos».
La mayoría de asistentes a la protesta contra la «nueva normalidad» no llevaban mascarilla, que no es obligatoria en el Reino Unido al aire libre.
Las manifestaciones están exentas de cumplir la norma que impide reunirse a más de seis personas en Inglaterra, si bien los organizadores deben comunicar previamente un plan de riesgos y se debe respetar en todo momento la distancia social entre personas.
La policía metropolitana de Londres informó en un comunicado de que los asistentes a la protesta «no han cumplido con las condiciones de su plan de riesgos y están poniendo a la gente en riesgo» por la posibilidad de contagios.
Por ese motivo, las fuerzas del orden pidieron a los manifestantes que disolvieran el acto.
«Al marcharos ahora, podéis manteneros a salvo y evitar cualquier acción que tomen los agentes para hacer cumplir la orden», indicó un portavoz de la policía a través de la red social Twitter.
Poco después, numerosos agentes avanzaron hacia la concentración para dispersarla.
Testigos narraron a los medios que algunos manifestantes lanzaron botellas contra los policías y que los agentes golpearon con sus bastones a algunas de las personas que protestaban.
Antes de la concentración, el comandante Ade Adelekan, a cargo del dispositivo para vigilar la protesta, ya había advertido de que los manifestantes podían poner en riesgo su salud si no mantenían la distancia necesaria entre ellos.
«Entiendo que existe una gran frustración por las regulaciones (contra el coronavirus), pero han sido diseñadas para mantenernos a todos seguros frente a este virus letal», afirmó Adelekan a los medios.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha ordenado esta semana el cierre de bares y restaurantes a partir de las diez de la noche y ha endurecido la obligación de llevar mascarillas en el interior de comercios y el transporte, ante el incremento de contagios de COVID-19 en el Reino Unido.
EFE
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