Un grupo de 129 nicaragüenses, que se quedaron sin medios de vida a causa de la pandemia de la covid-19 y que emprendieron un viaje de retorno a su país, está varado en Paso Canoas, la frontera entre Panamá y Costa Rica, a la espera de que el Gobierno de Managua les de la autorización para acceder, explicaron este viernes a EFE fuentes oficiales.
EFE
«En estos momentos tenemos un grupo de nicaragüenses que llegaron el día de ayer, pero que no tienen un proceso ordenado para su salida y no están en listas para pasar al siguiente país. Están en espera a que se autorice el paso a Nicaragua», dijo a EFE el jefe de la brigada occidental del panameño Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront), el subcomisionado Jorge Gobea.
Estos nicaragüenses salieron el pasado miércoles en cuatro buses desde la Gran Terminal Nacional de Transporte de Albrook, en Ciudad de Panamá, para llegar hasta su país, y formaban parte de un grupo mucho mayor de al menos 300 nacionales.
Este viernes, Nicaragua notificó la llegada de 200 personas sin síntomas de covid-19 a su territorio «de manera ordenada y segura».
En el grupo hay mujeres embarazadas, bebés, niños, personas con discapacidad, adultos mayores y jóvenes, y se mantienen desde hace dos días durmiendo sobre cartones con sus maletas dentro del recinto aduanero de Panamá, según pudo constatar EFE.
El Servicio Nacional de Migración de Panamá explicó en un comunicado que no se puedo realizar el trayecto debido a que «las autoridades nicaragüenses están a la espera del resultado de PCR para aprobar el retorno», pues aunque Nicaragua no haya cerrado fronteras, exige una PCR negativa para acceder a su territorio, tanto para nacionales, residentes y extranjeros.
El viaje será «programado para el próximo martes 9 de febrero del presente», debido a que solo se realizan trayectos dos días a la semana, martes y jueves, gracia a un acuerdo entre las autoridades de Panamá, Costa Rica y Nicaragua, señala el documento.
Migración detalló que las salidas deben cumplir con una serie de requisitos acordados por los tres países: un máximo de 200 personas, una lista aprobada por el consulado de Nicaragua en el país, y la PCR negativa.
Sin embargo, los migrantes sostienen que ellos cumplen con todos los requisitos pedidos por su nación y apuntaron que tienen «pruebas de que todo se ha hecho bajo el protocolo», explicó a EFE Jairo Gago, uno de los afectados.
Este grupo tenía prevista una primera salida para retornar a su país el pasado siete de enero ya que la pandemia de la covid-19 les dejó desempleados y sin recursos para vivir en Panamá, pero la falta de los documentos pertinentes para transitar malogró la partida.
A raíz de ese hecho, los nicaragüenses solicitaron ayuda a su embajada, la cual, según denuncian, no les ofreció alternativas, por lo que acudieron a la Defensoría del Pueblo de Panamá, ente que medió y ayudó a agilizar los trámites para el viaje.
Incluso, la Defensoría llegó a citar el embajador de Nicaragua en Panamá, Marvin Ortega, quien argumentó que Costa Rica mantiene sus fronteras terrestres cerradas a causa de la pandemia, y solo pueden transitar nacionales, residentes y transporte de carga, mientras que mantiene abierta la vía aérea.
«No queremos pensar que hay represalias de parte del embajador. Ayer pasó un grupo, y a nosotros, que nos quejamos, nos dejaron aquí», agregó Gago.
Este grupo forma parte de la primera caravana de nicaragüenses varados en Panamá que parte en 2021, pero es la decimotercera que sale desde el año pasado.
Entre junio y agosto pasados, los meses más duros de la pandemia, unos mil nicaragüenses varados en Panamá retornaron a su país, gracias a un corredor humanitario establecido a través de un acuerdo tripartita, después de que intentaran marchar en masa cuando aún las fronteras se mantenían cerradas a causa de la pandemia.
A pesar de haber llegado a un acuerdo, el pasado julio cientos de nicaragüenses se quedaron varados durante días en la frontera entre Costa Rica y su país, después de que Nicaragua decidiese en último momento exigir la prueba negativa de covid-19.
Costa Rica mantiene las frontera terrestres cerradas, pero en el anterior puente humanitario organizado, las autoridades ticas dieron luz verde al tránsito y pusieron a disposición miembros de Policía Profesional de Migración para custodiar el viaje.
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