Cuatro de cada diez mujeres en Honduras contrajo matrimonio antes de los 18 años, una práctica “invisibilizada” en el país centroamericano, donde el 24 % de las féminas es madre antes de los 19 años, indicó el Estado Mundial de la Población 2020, difundido este miércoles por la ONU.
Estos datos extraídos del informe “Contra mi voluntad. Desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y niñas e impiden la igualdad”, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), refleja que las “normas, actitudes, comportamientos y relaciones sociales” impiden que las adolescentes puedan “vivir libres” de las uniones tempranas.
El 26,1 % de las mujeres contraen matrimonio antes de los 19 años en Honduras, mientras que el porcentaje de hombres en esa misma situación no alcanza el 9 %, señaló el Unfpa, que cita datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del país.
Esas cifras develan que el matrimonio infantil es “un fenómeno que afecta desproporcionadamente a las mujeres y es, por lo tanto, una manifestación de relaciones desiguales de género”, destaca el informe.
VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS
La representante del Unfpa en Honduras, Cecilia Maurente, dijo que la unión temprana constituye “una violación de los derechos humanos” de las mujeres, por lo que es necesario “dar voz” a millones de niñas y adolescentes afectadas por al menos 19 problemáticas, como el incesto, los castigos corporales o el “planchado” de senos.
“Hoy mismo se estima que 33.000 niñas y adolescentes están siendo casadas, forzadas al matrimonio, y en general con hombres que son muchísimos mayores que ellas”, enfatizó Maurente, quien aseguró que en algunos países, que no identificó, hay preferencia por el nacimiento de los hijos varones.
Los Estados han ratificado tratados internacionales, como la Convención sobre los Derechos de los Niños, y tienen la “obligación de poner el fin a este sufrimiento de las niñas”, señaló la representante del Unfpa, quien instó a los gobiernos a promover la igualdad de género.
Destacó que el Parlamento de Honduras derogó en 2017 el tercer párrafo del artículo 16 del Código de Familia, que permitía el matrimonio de niñas de 16 años con la autorización de sus padres, por lo que la edad mínima permitida para casarse ahora es 18 años, algo que en la práctica no se cumple.
EMBARAZO TEMPRANO
La práctica nociva de “mayor impacto” en Honduras es el matrimonio infantil, subrayó Maurente, quien dijo que una de cada cuatro adolescentes en Latinoamérica se casa antes de los 18 años
El informe del Unfpa destaca que una “relación muy estrecha” entre el matrimonio infantil y la unión temprana, con el embarazo adolescente, que afecta más a las mujeres, especialmente las pobres y con bajo nivel educativo, que a los hombres.
Las adolescentes en Honduras enfrentan “obstáculos en relación con la sexualidad al desconocer y no tener control ni cuidado de su cuerpo, ni de sus derechos sexuales y reproductivos”, añade.
El inicio temprano de una vida sexualmente activa, fuertemente vinculada al matrimonio infantil, expone a las niñas y adolescentes a “múltiples riesgos de embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual, mortalidad materna e infantil”, enfatiza el documento.
FENÓMENO INVISIBILIZADO
El matrimonio infantil y la unión forzada es una “forma de violencia basada en género que conlleva violencia física, psicológica y sexual, que incide para que las adolescentes no puedan desarrollar proyectos de vida autónomos y las limita en el ejercicio de ciudadanía ni la autonomía sobre su cuerpo y la toma de decisiones, incluyendo el acceso a servicios de protección y de salud sexual y reproductiva”, señala el Fondo de Población de la ONU.
“El matrimonio infantil o las uniones tempranas es una práctica que está bastante invisibilizada, o sea, es un fenómeno que se da permanentemente en la vida cotidiana de muchas niñas y adolescentes”, enfatizó el representante auxiliar del Unfpa en Honduras, Marco Carías.
Aseguró que esta práctica nociva en la zona rural del país centroamericano “está muy normalizada”, ya que las familias “no lo ven como una situación de violación de derechos ni que afecta el normal desarrollo” de las menores, sino como “algo normal” en las comunidades.
Honduras tiene un marco jurídico de protección sustentado en tratados, convenios y acuerdos Internacionales, así como políticas globales impulsados por organismos de cooperación internacional, pero en la práctica “enfrenta retos en el abordaje de temas específicos relacionados con la salud y los derechos sexuales y reproductivos” de las mujeres.
El Fondo de Población de la ONU indicó que Honduras también enfrenta desafíos para cumplir los derechos de salud y reproductivos de la niñez y la adolescencia, y prevenir el matrimonio infantil o uniones forzadas.