Decenas de migrantes, entre hondureños y extranjeros, se comenzaron a concentrar este viernes en una central de autobuses de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, con la idea de salir el sábado en caravana hacia Estados Unidos.
EFE
Los migrantes, entre hombres, mujeres y muchos niños, algunos menores de cinco años, comenzaron a llegar a la Central Metropolitana de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, hacia las 19:00 horas locales (01:00 GMT).
Un migrante venezolano, que dijo que viaja solo, señaló que salió de su país porque «no hay oportunidades de trabajo» y que su objetivo es «llegar a Estados Unidos».
Respuestas similares dieron tres hondureños que afirmaron ser oriundos de Aramecina, departamento de Valle, en el sur de Honduras, fronterizo con El Salvador.
Una mujer, procedente de Jesús de Otoro, departamento de Intibucá, en el oeste hondureño, señaló que se va de su país porque «no hay trabajo» y quiere «lo mejor» para sus «dos hijos», a los que está dejando con otros familiares.
En principio la mayoría de migrantes estaban descansando en un área verde de la Central Metropolitana, situada a orillas de un bulevar en el extremo sur de San Pedro Sula, pero una lluvia les obligó a movilizarse a espacios bajo techo en la misma terminal de autobuses.
Algunos de los migrantes hondureños portaban banderas de su país en azul turquesa y blanco, con cinco estrellas, que representan a cinco de los países centroamericanos que se independizaron de la Corona española el 15 de septiembre de 1821 (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua).
Los migrantes, provistos en su mayoría de una mochila, no sabían hasta las 23:00 horas locales (05:00 GMT) si saldrían en caravana, a pie, o en autobuses, ni por cuál punto fronterizo con Guatemala prevén salir.
Desde San Pedro Sula, el punto fronterizo más cercano que tienen, es el de Corinto, en el departamento de Cortés, norte, a menos de 100 kilómetros.
El segundo es el de Agua Caliente, departamento de Ocotepeque, oeste, limítrofe con Guatemala y El Salvador, situado a más de 220 kilómetros de San Pedro Sula.
Según organismos de derechos humanos, a diario entre 700 y 1.000 hondureños abandonan su país por la falta de empleo y la inseguridad, con una violencia criminal que deja al menos diez muertos diarios.
El país centroamericano también es de tránsito para miles de migrantes procedentes de América del Sur, el Caribe, África y Asia.
El estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh) indicó el pasado día 14 que al menos 5.709 migrantes, en su mayoría de Venezuela, ingresaron de manera irregular a Honduras en la primera semana de enero.
De los 5.709 migrantes registrados, 1.130 son de Venezuela y 948 de Cuba, mientras que el resto de otros países, informó el Conadeh en un comunicado.
Señaló además que entre 2010 y lo que va de 2024, por Honduras transitaron 870.940 migrantes, procedentes del Caribe, Centroamérica, América del Sur, África y Asia.
De esa cifra, 733.901, que representan el 84 %, lo hicieron entre 2022 y 2023, añade el informe del organismo humanitario.
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