El gobierno de Donald Trump se muestra decidido a endurecer su posición ante el régimen chino. Tras anunciar una serie de restricciones contra diplomáticos chinos en suelo estadounidense, Mike Pompeo dijo que antes Estados Unidos “se arrodillaba ante el Partido Comunista de China”, pero que eso se terminó con Trump.
“Es lo mismo que ha hecho el presidente Trump en cada dimensión durante 40 años. Estados Unidos se arrodillaba ante el Partido Comunista de China, y el presidente Trump ha dicho suficiente. Ya sea con el comercio o con el robo de propiedad intelectual y secretos comerciales, destruyendo trabajos aquí en los Estados Unidos, simplemente no vamos a aceptarlo más. Vamos a exigir que el Partido Comunista Chino, ese régimen autoritario, no trate a Estados Unidos de la manera en que lo ha hecho durante todas estas décadas”, dijo el secretario de Estado en una entrevista con Fox News.
Tras la resolución anunciada el miércoles, los diplomáticos chinos en Estados Unidos tendrán que pedir una autorización oficial para acudir a universidades o para entrevistarse con dirigentes locales. “Desde hace años, el Partido Comunista chino multiplica las trabas para los diplomáticos estadounidenses que trabajan en China”, a los que somete a un “proceso opaco de autorización previa” para “impedirles” entrevistarse libremente con la población, había dicho Pompeo en rueda de prensa.
“Hoy anuncio que el departamento de Estado ha establecido un mecanismo por el que se exige una autorización para los diplomáticos chinos en Estados Unidos que deseen acudir a campus de universidades y reunirse con dirigentes locales”, añadió entonces.
Durante la entrevista con la cadena de noticias insistió con el tema. “Tomamos la simple decisión de decirle a los diplomáticos chinos que trabajan en los Estados Unidos que se terminó el oportunismo y que pasó el tiempo en que podían hacer espionaje en los Estados Unidos. Así que establecimos restricciones en su contra. Tienen que pedir permiso para realizar encuentros con funcionarios locales y para reunirse en ciertos niveles. Es el tipo de restricciones que hemos tenido sobre nosotros, sobre nuestros diplomáticos en China, y ahora tenemos una disposición recíproca”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Por otro lado, el Departamento de Estado tomó medidas adicionales para asegurarse de que todas las cuentas oficiales de la embajada china o de sus consulados en las redes sociales sean identificadas como cuentas del gobierno chino.
El gobierno de Estados Unidos ya había tomado medidas en los últimos meses para delimitar mejor el margen de actuación de los diplomáticos chinos, de los institutos Confucio de enseñanza y de varios medios de comunicación estatales a los que Washington acusa de ser herramientas de “propaganda” de Beijing.
En julio pasado China y Estados Unidos protagonizaron un cruce diplomático digno de la Guerra Fría, en medio de la escalada global de tensiones entre ambas potencias. El 27 de ese mes China forzó el cierre del consulado de Estados Unidos en Chengdu, que había sido abierto en 1985, y obligó a los funcionarios a retirarse del país.
La medida fue una respuesta recíproca del régimen comunista, luego del cierre forzoso de su consulado en Houston, Texas, por parte del gobierno del presidente Donald Trump, en medio de acusaciones de espionaje realizadas en aquel entonces por Pompeo.
China mantiene consulados en San Francisco, Los Ángeles, Chicago y Nueva York, además de una embajada en Washington. Estados Unidos tiene otros cuatro consulados en China y una embajada en Beijing.
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