«Queremos justicia». Este es el grito que hoy expresan con rabia infinita miles de italianos ante la tragedia del coronavirus. La curva de la difusión de la pandemia desciende, pero crece la ira de los familiares de los muertos. Las cifras oficiales indican que son más de 26.000 los fallecidos, pero habría que añadir otros 10.000, según un estudio interdisciplinar de científicos hecho público en esta semana. Los familiares quieren saber la verdad: Por qué ha habido tantos errores en la gestión de la Covid-19 y cuáles se podrían haber evitado.
Por ABC
La máquina para descubrir la verdad se ha puesto en marcha. Toda Italia piensa hoy en cómo será la fase 2, la disminución de las draconianas medidas para impedir la difusión del coronavirus. Pero al mismo tiempo se comienza ya a perfilar la que, que según el periódico digital Linkiesta, podría ser «la fase de la criminalización del contagio», es decir, «la pandemia se convertirá en un gran juicio colectivo». La máquina ya la ha puesto en marcha la fiscalía de Bérgamo (Lombardía). La magistrada María Cristina Rota ha abierto una investigación por «epidemia culposa», es decir, por considerar que pueden haberse realizado actos u omisiones por imprudencia o negligencia. Otras fiscalías están investigando qué pudo suceder en algunas residencias de ancianos donde hubo muertes por coronavirus, en las que hubo errores y denuncias de familiares.
Investigación judicial
La acción de la fiscalía de Bérgamo llega después de que se creara en Facebook el grupo «Nosotros denunciaremos» («Noi denunceremo) , que cuenta ya con casi 50.000 personas. Se recogen testimonios dramáticos de familiares que perdieron a sus seres queridos en el silencio y hoy piden en alta voz justicia. Solo quieren que haya luz sobre las eventuales responsabilidades. Hay rabia, pero no pretenden venganza ni compensación económica. El grupo lo creó, junto a su hijo Stefano, Luca Fusco de Bergamo, 60 años, tras fallecer su padre y una tía por coronavirus. De la iniciativa se han ocupado los periódicos y televisiones de Italia, incluidos telediarios y programas de los canales públicos de la RAI, así como los principales medios internacionales, desde el Guardian al New York Times.
Luca Fusco, economista, explicó a ABC los objetivos y la repercusión que está teniendo el grupo de Facebook: «Nosotros solo queremos justicia por los 30.000 muertos, no nos interesan las compensaciones económicas, solamente queremos que quien ha cometido errores y es responsable, quien no ha querido ver lo que estaba sucediendo, responda con su responsabilidad; eso lo decidirá un juez, nosotros no somos jueces. La semana próxima constituiremos un comité para constituirnos parte civil en la investigación que ha abierto la fiscalía de Bérgamo porque la magistratura ha visto que hay cosas que no han funcionado. Lo que nosotros pretendemos es que haya un sistema que funcione, para evitar que se repita otra situación parecida. Queremos la verdad. Y que se busquen las eventuales responsabilidades de las autoridades, hasta llegar si es preciso a los ministros y al jefe del gobierno».
Luca Fusco sigue muy de cerca la situación en España y ve similitudes con la situación que se ha creado en Lombardía, la región más afectada por la epidemia (oficialmente, con más de 13.000 muertos, la mitad de los fallecidos en todo el país): «Seguimos muy de cerca lo que sucede en España -nos dice Fusco-; aún no logramos comprender en Italia cómo es posible que, dos semanas después de que el coronavirus explosionara en Italia, las autoridades españolas cayeran en ciertos errores, es alucinante. Si hubieran decidido antes la clausura… por ejemplo en Madrid, con motivo de la Fiesta de la Mujer, el 8 de marzo, si hubieran eliminado la manifestación habrían evitado miles de muertos, porque habrían parado la difusión del virus; en España no se podía no saber que en Italia se estaba produciendo una catástrofe».
En el Guernica de Picasso
Con emoción, Luca Fusco recuerda que se ha vivido una «hecatombe que se ha llevado por delante casi toda la generación que había construido la Italia posterior a la Segunda Guerra Mundial». Para describir la tragedia evoca el Guernica: «La mejor imagen de lo que hemos vivido está en el Guernica de Picasso: Nosotros estábamos bajo las bombas que eran los virus y no podíamos escapar, ni movernos; solo teníamos que esperar que la bomba no nos cayera sobre la cabeza; esta situación en Europa, en el año 2020, no es posible. Han muerto también médicos, enfermeros, policías… no estábamos preparados con sistemas de protección, sin mascarillas…Parecía un país del tercer mundo, no de Europa». Luca Fusco asegura que jamás se hubiera imaginado vivir una experiencia tan dramática: «La sensación de angustia ha sido increíble; a mi edad, sesenta años, jamás hubiera imaginado tener que vivir algo parecido: La angustia por uno mismo, por sus seres queridos, por tus amigos…algo devastador, alucinante».
Pasada la emergencia sanitaria, será el tiempo de la justicia, para exigir eventuales responsabilidades y llegar a la verdad. Mientras, reconoce Luca Fusco, solo hay rabia y lágrimas entre los familiares de los muertos: «Veo o leo historias y me pongo a llorar como un niño…».
En Italia no solo está el grupo de Luca Fusco en Facebook. Hay ya varios y surgirán más. La rabia se extiende por el país. Elena Gazzolla, abogada en Codogno, la ciudad de Lombardía donde surgió el foco de la epidemia el 21 de febrero, ha manifestado a The Guardian: «Los abogados están estudiando el tema y recopilando documentos para eventuales procesos judiciales o compensación por daños», dijo Gazzolla al diario británico, confirmando que hasta ahora ha sido contactada por cinco personas que han perdido a sus seres queridos. Según la abogada, «hay muchos, muchos aspectos a considerar». Elena Gazzolla espera que varios grupos emprendan muchas acciones legales una vez que la emergencia haya terminado.
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