Según el informe semanal de Morbilidad y Mortalidad publicado el jueves por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingles) de la agencia nacional de salud pública de EE.UU., el síndrome Alfa-Gal (AGS, por sus siglas en ingles), también conocido como alergia a la carne roja, podría estar afectando a cientos de miles de estadounidenses.
El Alfa-Gal es un azúcar que se encuentra presente en la carne de mamíferos como cerdo, ternera, cordero y venado, y en productos elaborados a partir de ellos, incluyendo lácteos y gelatina. También se puede encontrar en algunos fármacos. El síndrome, que produce una afección alérgica tras consumir esos productos, es desencadenado por la picadura de la garrapata estrella solitaria, que habita principalmente en los estados del este y sureste de Estados Unidos, aunque aún no se descarta la transmisión por otros tipos de garrapatas.
Los síntomas varían desde leves, como erupción cutánea o molestias gastrointestinales, hasta otros tan graves como la anafilaxia. Su aparición suele producirse entre dos y seis horas después de haber ingerido alimentos que contengan Alfa-Gal. Aunque hasta ahora no se dispone de tratamiento ni cura, los CDC no han registrado ninguna víctima mortal.
Enfermedad poco conocida y estudios de los CDC
De acuerdo a uno de los informes sobre el tema, entre 2010 y 2022 se detectaron más de 110.000 casos del Alfa-Gal. Sin embargo, esto podría ser un subregistro, ya que un gran número de profesionales de la salud no están familiarizados con el síndrome y, entre los pocos que lo conocen, muchos carecen del conocimiento preciso para la debida atención. Esto sumado a que el diagnóstico requiere análisis de sangre exhaustivos y un examen clínico por parte de un alergólogo, a lo cual muchas personas no tienen fácil acceso en Estados Unidos. Se estima que las cifras reales pueden alcanzar hasta 450.000 personas con AGS.
En este mismo estudio, los investigadores de los CDC examinaron los resultados de pruebas de laboratorio realizadas entre 2017 y 2022. Proveedores de atención médica enviaron más de 300.000 muestras tomadas a pacientes con sospecha clínica de AGS, y más del 30 % salieron positivas.
Otro estudio, para el que se encuestó a 1.500 profesionales de la salud, entre médicos generales, internistas, pediatras, enfermeras profesionales y asistentes médicos de todo el país, determinó que casi la mitad de ellos no había oído hablar del AGS. Aproximadamente un tercio admitió que «no confiaba demasiado» en su propia capacidad para diagnosticar o tratar a esos pacientes, mientras que solo 5 % dijo sentirse «muy seguro» de poder hacerlo.
Johanna Salzer, epidemióloga de los CDC y una de las autoras del informe, declaró a Fox News que los CDC solo tienen conocimiento del síndrome Alfa-Gal desde 2008. «Ahora sabemos que las personas pueden tener reacciones más leves o más graves», dijo al precisar que los síntomas pueden ser inconsistentes entre diversos individuos e incluso para una misma persona en diferentes episodios. Por todo ello, añadió, el diagnóstico puede representar un largo camino, «una media de siete años» aseguró.
Con los nuevos informes, los CDC buscan crear conciencia entre médicos y pacientes sobre este emergente problema de salud pública, que puede tener repercusiones potencialmente graves. Otra de las autoras, la también epidemióloga Ann Carpenter, resaltó que «es fundamental que los médicos conozcan el AGS para que puedan evaluar, diagnosticar y tratar adecuadamente a sus pacientes, y también educarlos en la prevención de las picaduras de garrapatas para protegerlos de desarrollar esta afección alérgica», dijo en el informe de prensa de los CDC.
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