Su madre tiene 94 años y vive en Mississippi, lejos de Detroit, donde vive actualmente. Pero durante 37 muchos le recordaban a la mujer algo que ella no quería escuchar y mucho menos creer: que su hijo, Walter Forbes de 63 años era un asesino según lo había determinado la Justicia de Michigan en 1983, momento en que ingresó a la prisión por primera vez hasta noviembre último.
Permaneció en reclusión casi cuatro décadas por un crimen que no había cometido. El testimonio de una mujer fue clave y angular para que terminara tras las rejas.
Cuando creía que moriría en la cárcel, apartado de sus seres más cercanos la vida de Forbes volvió a dar un giro inesperado. En 2017 la misma mujer cuya declaración fue fundamental para sentenciarlo se acercó a la corte para contar la verdad: durante el juicio que se desarrolló por la muerte de Dennis Hall, en el cual Annice Kennebrew dijo haber visto a Forbes en la escena del crimen.
Todo comenzó cuando el condenado, quien por entonces tenía 26 años, fue a un bar en Michigan y se desató una pelea. La lucha fue brutal, a tal punto que al día siguiente Hall sacó un arma y disparó contra Forbes. Semanas más tarde, el 12 de julio, un incendio acabaría con la vida del agresor. Había sido intencional y los investigadores colocaron al joven de 26 años que estudiaba tiempo completo en el Jackson Community College como el principal sospechoso. Tenía motivos para vengarse, argumentaron. Fue detenido en su casa.
En mayo de 1983 fue sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión pese a los desesperados intentos por probar su inocencia. Concluyente había sido el testimonio de Kennebrew quien dijo que había visto al acusado en el edificio de Maple Street. Ahora, tiempo después y con heridas en su alma que nunca sanarán, Forbes recuperó la libertad. La testigo estrella admitió haber inventado por completo su historia. Además, surgieron pruebas de que el incendio pudo haber sido parte de un plan de fraude de seguros orquestado por el propietario del edificio donde ocurrió el incendio, David Jones.
Kennebrew había asegurado ver a tres hombres -entre los que se encontraba Forbes– iniciando el fuego del edificio centenario. Los otros dos implicados por la mujer fueron puestos en libertad por falta de indicios que lo ataran al homicidio. El condenado, de acuerdo con los fiscales, tenía motivos de sobra para vengarse. En 2017, finalmente, la testigo contó la verdad: jamás había visto al acusado en el lugar del siniestro. Contó que “había implicado falsamente al señor Forbes porque había sido intimidada para hacerlo por dos hombres locales que la conocían en el vecindario y que habían amenazado con dañarla a ella y a su familia” si no lo hacía, de acuerdo al documento al que accedió el diario Detroit Free Press.
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