La ciudad de Nueva York podría estar acumulando miles de muertes más por el nuevo coronavirus de lo que reportan las autoridades locales, según se desprende de un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU difundido este lunes.
EFE
El documento identificó que entre mediados de marzo y comienzos de este mes de mayo se produjeron unas 24.000 mil muertes más a lo que normalmente se registra en esta temporada en la ciudad de los rascacielos.
En ese periodo se reportaron 32.107 decesos, cifra que refleja 24.172 muertes añadidas al número promedio habitual entre esos meses. De esas más de 24.000 muertes, al menos 13.831 han sido atribuidas con pruebas de laboratorio al COVID-19, mientras que otras 5.048 fueron calificadas como “probables muertes” relacionadas a la pandemia.
El informe destaca a su vez otras 5.293 muertes “en exceso” no identificadas en principio como confirmadas o de probable asociación al COVID-19, no obstante los CDC estiman que estas muertes se pueden atribuir directa o indirectamente a la pandemia.
Según refleja el estudio, este número puede incluir casos de personas mayores con condiciones de salud subyacentes, como enfermedades cardiacas y diabetes, y cuyas muertes no fueron atribuidas al virus directamente.
Además, “las prácticas de distanciamiento social, la demanda de hospitales y proveedores de atención médica, y el miedo relacionado con COVID-19 podría provocar retrasos en la búsqueda de cuidados que salvan vidas”, detalla el informe.
De acuerdo al recuento de la Universidad Johns Hopkins, de las casi 80.000 muertes relacionadas con el coronavirus en Estados Unidos, 26.641 se han producido en el estado de Nueva York, epicentro de la pandemia. Hasta el domingo, la ciudad de Nueva York registraba casi 14.800 muertes.
Según los CDC, la vigilancia de muertes por todas las causas y la estimación del exceso de mortalidad durante la pandemia proporcionan “una medida más sensible del número total de muertes” que se registraría contando solo las muertes asociadas a COVID-19 confirmadas por laboratorio o probables.
“Un rastreo del exceso de mortalidad es importante para comprender la contribución a la tasa de mortalidad de la enfermedad COVID-19 y la falta de disponibilidad de atención para afecciones no COVID,” dice el estudio.
La primera muerte asociada con COVID-19 en la ciudad de Nueva York se reportó el 11 de mayo, el mismo día en que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia.
EFE