Leicester, “esta mutación N501Y ya circulaba mucho antes, de forma esporádica, este año fuera del Reino Unido, en Australia en junio-julio, en Estados Unidos en julio y en Brasil en abril”.
“Los coronavirus mutan todo el tiempo, así que no es sorprendente que emerjan nuevas variantes del SARS-CoV-2”, recordó el profesor Julian Hiscox, de la Universidad de Liverpool. “Lo más importante es intentar saber si esa variante tiene propiedades que tienen un impacto en la salud de los humanos, los diagnósticos y las vacunas”.
“Cuantos más virus haya y, por ende, más personas afectadas, más mutaciones aleatorias habrá” que sean “ventajosas para el virus”, agregó Axel Kahn.
¿Las vacunas aprobadas serán efectivas para esta mutación?
Esta es la gran duda y la respuesta es aún incierta.
Ewan Birney, subdirector general del Laboratorio Europeo de Biología Molecular y codirector de su Instituto Europeo de Bioinformática en Cambridge, aseguró a The Guardian que las vacunas han sido probadas con muchas variantes del virus en circulación, “por lo tanto, hay razones para pensar que las vacunas aún funcionarán contra esta nueva cepa, aunque obviamente eso debe ser probado a fondo”.
La mayoría de las vacunas contra el coronavirus apuntan a la proteína conocida como “de espiga” o “de pico” que el virus usa para adherirse a las células humanas. Las vacunas preparan al cuerpo para poder detectar la proteína de punta para que el sistema inmunológico pueda detectar el virus. Sin embargo, si la proteína de pico muta, el cuerpo podría no reconocer el virus y las vacunas pueden resultar ineficaces. El profesor Calum Semple, de la Universidad de Liverpool, explicó a The Telegraph que “algunas de las mutaciones están ocurriendo en la llave que el virus usa para desbloquear las células. Y esto lo vemos con la gripe cada año y por eso la vacuna contra la gripe tiene que cambiar año tras año”.
Añadió: “Yo esperaría que la vacuna aún fuera razonablemente efectiva porque actualmente es efectiva en un 95 por ciento. Incluso si bajamos algunos puntos porcentuales, seguirá siendo lo suficientemente buena, y mucho mejor que muchas otras vacunas en el mercado”.
El especialista, sumó optimismo: “La buena noticia es que las nuevas vacunas son esencialmente como los correos electrónicos que enviamos al sistema inmunológico, y son muy fáciles de ajustar. Así que si sabemos que ha cambiado muy ligeramente, sólo tenemos que editar ese correo electrónico, cambiar una o dos palabras y entonces la vacuna que estará lista en seis u ocho semanas después de eso, será competente y mejor dirigida a la nueva cepa”.
Con información de AFP e INFOBAE
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