La doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga líder de la Organización Mundial de la Salud (OMS), negó que se haya abandonado la investigación para conocer los orígenes del COVID-19 en China, tal y como asegura un artículo publicado en la revista Nature.
La publicación científica apunta que la OMS “ha dado carpetazo discretamente” a la segunda fase de su investigación sobre los orígenes de la pandemia, alegando “las dificultades para llevar a cabo estudios en China”.
Van Kerkhove ha negado categóricamente esta información. “Se trata de un error de información que es realmente preocupante porque está provocando algunos titulares que son inexactos. Creo que debemos dejar perfectamente claro que la OMS no ha abandonado el estudio de los orígenes de la COVID-19. No lo hemos hecho. Y no lo haremos”, aseveró este miércoles en rueda de prensa desde Ginebra (Suiza).
En enero de 2021, la OMS organizó un equipo internacional de expertos para investigar el origen del virus en Wuhan (China), donde se detectó por primera vez. En colaboración con investigadores chinos, el equipo llevó a cabo una revisión inicial.
Después de realizar esta primera investigación, el equipo de expertos publicó un informe en marzo del mismo año, en el que se presentaban cuatro posibles escenarios sobre cómo el virus podría haber surgido. Según el informe, el más probable era que el virus se propagara de los murciélagos a los humanos, posiblemente a través de una especie intermediaria.
La fase inicial de la investigación sentó las bases para una segunda fase de estudios más detallados destinados a determinar con mayor precisión lo que ocurrió en China y otros lugares en relación con el origen del virus. Sin embargo, hasta ahora esta segunda fase no se ha producido.
Van Kerkhove ha asegurado, no obstante, que la OMS sigue previendo “múltiples misiones” tanto a China como a otros lugares para realizar “varios tipos de estudios” sobre el origen del virus. “Necesitamos conocer los orígenes de los animales sospechosos, información sobre el comercio de animales salvajes, los mercados…”, ejemplificó.
Por tanto, ha sostenido que, al contrario de lo que afirma el artículo en Nature, no se ha producido “ninguna ocultación silenciosa de ningún plan”. “Hemos sido y seguimos siendo abiertos y transparentes. No pararemos hasta comprender los orígenes de esto”, reiteró.
En cualquier caso, ha reconocido que “cada vez es más difícil” averiguar los orígenes del virus: “Cuanto más tiempo pasa, más difícil resulta comprender realmente lo que ocurrió en esas primeras fases de la pandemia”.
Por ello, ha pedido “más cooperación y colaboración” a China “para avanzar en los estudios que deben realizarse en este país”, como investigadores “de la interacción animal-humano, en los mercados o en las granjas”. “Seguiremos la ciencia y seguiremos pidiendo a los países que despoliticen este trabajo”, ha remachado.
“Tenemos que seguir presionando hasta que tengamos la respuesta”
En la misma línea, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha asegurado que el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas “va a seguir con el estudio de los orígenes para saber cómo empezó esta pandemia”. “Es muy importante y crucial. Tenemos que seguir presionando hasta que obtengamos la respuesta”, argumentó.
De hecho, anunció que hace “siete semanas” envió una carta a un “alto funcionario” de China “pidiéndole cooperación”. “Porque necesitamos cooperación y transparencia y la información que pedimos para saber cómo empezó esto. Así que les aseguro que seguiremos persiguiendo hasta que obtengamos la respuesta”, insistió.
Tedros considera que saber el origen del virus es “científica y moralmente correcto”. En primer lugar, cree que científicamente es necesario “para prevenir la próxima pandemia”. Y en el terreno moral porque “millones de personas perdieron la vida”. “El mundo entero fue tomado como rehén por un virus. Es moralmente muy importante saber cómo perdimos a nuestros seres queridos”, añadió.
En cuanto a la evolución actual del virus, Tedros ha celebrado que las hospitalizaciones y las muertes a nivel mundial “han disminuido tras el gran aumento de muertes notificadas el mes pasado, especialmente en China”.
En concreto, la semana pasada se notificaron a la OMS unas 10.000 muertes, un número similar al de las defunciones semanales notificadas antes del aumento del mes pasado, según ha detallado Tedros. Pese a todo, ha alertado de que 10.000 decesos a la semana “son demasiados para una enfermedad que puede prevenirse y tratarse”.
(Con información de EuropaPress)
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