La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pidió un alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán, países que entraron en un enfrentamiento armado por Nagorno Karabaj, un territorio separatista disputado por ambas naciones.
«La OTAN está profundamente preocupada por las informaciones de hostilidades a gran escala en la línea de contacto en la zona de conflicto de Nagorno Karabaj», indicó en un comunicado James Appathurai, el representante especial para el Cáucaso y Asia Central del secretario general aliado, Jens Stoltenberg.
Appathurai insistió en que las partes «deberían cesar inmediatamente las hostilidades, que ya han causado víctimas civiles».
«No hay una solución militar para este conflicto. Las partes deberían retomar las negociaciones hacia una resolución pacífica», recalcó, a la vez que aseguró que la OTAN apoya los esfuerzos del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE), compuesto por Rusia, Estados Unidos y Francia.
Armenia y Azerbaiyán se encuentran en estado de guerra desde 1991, si bien tres años después firmaron un alto el fuego, vigente hasta hoy día aunque con violaciones denunciadas por ambas partes.
La escalada en Nagorno Karabaj llevó a Armenia a decretar la ley marcial y la movilización general en todo su territorio, una medida excepcional, que no había llegado a producirse durante otros periodos de aumento de la tensión entre ambos países, como la llamada «guerra de los cuatro días» de abril de 2016.
Pocas horas después, las autoridades de Azerbaiyán firmaron también un decreto sobre la declaración de la ley marcial en todo el territorio del país a partir de mañana, 28 de septiembre.
Las movilizaciones en Armenia y Nagorno Karabaj se producen después de que el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán lanzara hoy una «contraofensiva» en toda la línea de contacto en respuesta a los ataques que, asegura, Armenia efectuó a primera hora de la mañana contra posiciones azerbaiyanas y asentamientos civiles.
El conflicto armenio-azerbaiyano se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando a finales de la década de los 80 el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25.000 muertos.
Al término de los combates, las fuerzas armenias se hicieron con el control del Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que llaman «franja de seguridad», para unirlo a Armenia.
Azerbaiyán sostiene que la solución al conflicto con Armenia pasa necesariamente por la liberación de los territorios ocupados, demanda que ha sido respaldada por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Armenia, por su parte, apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj y aboga por la participación de los representantes del territorio separatista en las negociaciones sobre el arreglo del conflicto.
EFE
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